Cooper utilizó el prototipo de Motorola DynaTAC para llamar a Joel Engel, ejecutivo de la empresa competidora Bell, que también se hallaba abocada al desarrollo de un teléfono inalámbrico. Lo hizo mientras caminaba por la Sexta Avenida de Nueva York.
Aquella llamada inauguraba un nuevo paradigma en el mundo de las comunicaciones. Hoy, 40 años más tarde, los smartphones y sus nuevas funcionalidades están cambiando la experiencia de los usuarios y las formas en la que vivimos y trabajamos.
Durante los ochenta, el DynaTAC de Cooper llegó a las tiendas con algunas mejoras. Su exorbitante precio de mil dólares por unidad ofrecía un uso continuo de media hora antes de recargar la batería por diez largas horas; sin embargo, tiempo después otras compañías se percataron del potencial de un producto como éste y decidieron comenzar a hacer sus propios modelos.
Aquellos días iniciaban una carrera por crear celulares cada vez más pequeños, más delgados, más livianos, con mejor resolución y mayor capacidad. Hoy, son una verdadera computadora de bolsillo.