Y los abogados, ¿ellos no hacen marketing?

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No, según Smart Marketing, una firma de Internet que se especializa en marketing legal para el mundo anglosajón. Y lo rubrica dando once razones para explicar por qué eso es así en el universo que describe.

<p>1. <em>Los abogados son, por formaci&oacute;n, esc&eacute;pticos <br />
</em>Para hacer marketing hay que tener fe y paciencia. Los abogados hurgan y analizan todo esfuerzo de comercializaci&oacute;n hasta que pueden demostrar, a satisfacci&oacute;n, que no tendr&aacute; forma de funcionar. </p>
<p>2. <em>Les encanta discutir. <br />
</em>Por lo general son inteligentes. Y cuando se trata de embarcarse en emprendimientos que les son poco conocidos, como el marketing, les resulta dif&iacute;cil jugar de &quot;tontos&quot; y aprovechar la sabidur&iacute;a y experiencia de otros expertos. </p>
<p>3. <em>Tienen aversi&oacute;n al riesgo. <br />
</em>El consejo m&aacute;s prudente y seguro que da un abogado es &quot;No lo haga&quot;. Viven en un universo donde los errores terminan en deudas, mala praxis y prolongados juicios. En marketing, los errores son una parte necesaria del crecimiento. Correr y manejar un riesgo son elementos esenciales del marketing y del crecimiento. Los abogados prefieren contratos y garant&iacute;as.</p>
<p>4. <em>Por lo general, saben poco de negocios. <br />
</em>La carrera de derecho no tiene materias sobre c&oacute;mo ser due&ntilde;o de un negocio. Cualquier egresado del secundario comercial sabe que el marketing es una parte importante y obligada de cualquier negocio. Esto sorprende a los abogados, que suelen considerarse parte de alg&uacute;n tipo de gremio del siglo 19. Fueron educados en una cultura anti-marketing. Aprendieron que est&aacute;n en una &quot;profesi&oacute;n&quot; en la que no queda bien que damas y caballeros refinados hagan alg&uacute;n esfuerzo visible por asegurar el negocio. (La pr&aacute;ctica de la ley es una profesi&oacute;n, pero esa pr&aacute;ctica se realiza dentro de una entidad comercial llamada &quot;estudio jur&iacute;dico&quot;, que est&aacute; sujeto a las leyes de la econom&iacute;a como cualquier otro negocio). </p>
<p>5.<em>Tienen una fijaci&oacute;n con los costos.<br />
</em>A la mayor&iacute;a le molesta cuando un posible cliente les pregunta directamente &quot;&iquest;cu&aacute;nto va a costar esto?&quot; Sin embargo, &eacute;sa es la primera pregunta que hacen sobre marketing. La preocupaci&oacute;n por el costo los paraliza. Sin embargo, los due&ntilde;os de estudios jur&iacute;dicos tienen la responsabilidad de ocuparse de generar ingresos. </p>
<p>6. <em>Les gusta vacilar. <br />
</em>Les gusta analizar todo, hacer largos procesos de &quot;due diligence&quot;. Consultan con otros colegas. Prefieren pensar en la acci&oacute;n m&aacute;s que actuar y correr riesgos. Pero la acci&oacute;n domina al miedo. La vida premia la acci&oacute;n y castiga la inacci&oacute;n. La fortuna favorece a los audaces. </p>
<p>8. <em>Carecen de perseverancia.</em> <br />
Si se animan a probar alguna forma de marketing, cualquier obst&aacute;culo en el camino los desalienta. Y siempre hay obst&aacute;culos. Los abogados se entusiasman con un nuevo programa de marketing y se lanzan con todo su entusiasmo. Pero despu&eacute;s de los primeros 45 d&iacute;as, ocurren…las cosas de la vida. Estalla alg&uacute;n caso. Se enferma un hijo. No entra un cheque. El marketing no produjo ganancias inmediatas. El abogado decide que cometi&oacute; un error y abandona. </p>
<p>9. <em>No se sienten c&oacute;modos con la idea de hacer dinero. <br />
</em>A muchos los motiva un deseo de servir a la gente. Son los que suscriben alguna forma de &eacute;tica judeo-cristiana que est&aacute; llena de mensajes encontrados sobre la b&uacute;squeda de riqueza. Tienen conflicto, cuando no culpa, sobre el motivo de las ganancias. Piensan secretamente que lo que hacen no merece pagarse porque no implica horas de duro trabajo f&iacute;sico. Tal vez aumentar&iacute;a su motivaci&oacute;n si concibieran marketing y crecimiento como &quot;la posibilidad de atender a mayor n&uacute;mero de personas&quot; y no como &quot;el camino para hacer m&aacute;s dinero&quot; o &quot;tener m&aacute;s &eacute;xito&quot;. </p>
<p>10. <em>Los abogados se definen m&aacute;s como abogados que como due&ntilde;os de una firma legal. <br />
</em>&Eacute;ste es el error m&aacute;s importante, y el que est&aacute; detr&aacute;s de todo lo mencionado aqu&iacute;. No entienden que se trata de dos roles completamente diferentes que requieren tambi&eacute;n dos mentalidades diferentes y dos conjuntos de habilidades. Lo que creen que es su principal capital (su habilidad para la pr&aacute;ctica legal) es su mayor debilidad. Est&aacute;n demasiado ocupados trabajando en su estudio para trabajar por &eacute;l. Pero para hacer que el estudio crezca y triunfe, es necesario, antes que nada, que los abogados piensen en s&iacute; mismos como due&ntilde;os de un negocio llamado &quot;estudio jur&iacute;dico&quot;, y s&oacute;lo en segundo plano como un abogado en ejercicio de la profesi&oacute;n. </p>
<p>11. <em>Les obsesiona lo que sus colegas piensen de ellos.</em> <br />
En ning&uacute;n otro negocio el due&ntilde;o se preocupa tanto por la estima que le tengan sus competidores. A menudo temen hacer un esfuerzo de marketing por temor a que se los considere &quot;poco dignos&quot; o &quot;extremadamente agresivos&quot;. Por cierto, al due&ntilde;o de un negocio de art&iacute;culos de iluminaci&oacute;n le importa un comino la opini&oacute;n de su competidor sobre cualquier cosa. </p>
<p><em><font color="#993300">A&nbsp;la derecha de su pantalla, Bem Glass en &quot; Great Legal Marketing Seminar&quot;</font></em></p>
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