En momentos en que las acciones de la compañía que fundó y dirige caen estrepitosamente en medio de un escándalo de proporciones, lo menos que se esperaría de Mark Zuckerberg es que haga alguna declaración para calmar las aguas. Acababa de decir ayer que su objetivo para 2018 es hacer que la compañía funcione mejor y erradicar los abusos de la plataforma. Aunque todavía no tenga respuestas, podría, al menos, hacer alguna declaración en su muro de Facebook.
La compañía se reúne esta tarde con Cambridge Analytica para analizar los hechos que generaron la debacle, pero será presidida no por Zuckerberg sino por Paul Grewald, asesor general de la gerencia. Alex Stamos, gerente de seguridad, parece que abandonó su oficina en el mediodía de hoy luego de una fuerte discusión con otros directivos sobre la mejor forma de encarar el escándalo provocado por permitir que un país extranjero se inmiscuyera en la política local.