Muchas personas que nunca habían hecho en Internet sus compras de supermercado ahora lo están haciendo. Pero hay un problema con el aumento dse las ventas online: no siempre es fácil conseguir ganancias por el enorme compromiso de recursos que necesita.
Como ejemplo están las dos grandes cadenas de supermercados de Gran Bretaña: Tesco y Sainsbury’s. Ambas dicen que calculan tener este año las mismas ganancias que el año pasado, a pesar de que todos los alimentos que antes se consumían en restaurantes ahora se consumen en casa, y eso significa más ventas para los retailers. Una de las principales razones es el alto costo de ampliar las operaciones de entrega de las compras online.
Nadie cree que la compra online de alimentos vaya a volver a los niveles anteriores a la pandemia. La consultora Bain calcula que entre 35% y 45% del reciente aumento de ventas se volverá permanente.
“Si la gente hace entre tres y cinco compras online en un periodo de tres meses, la probabilidad de que siga haciéndolas es muy alta”, dice Tim Steiner, CEO de Ocado, un supermercado que opera exclusivamente online.
El problema es de automatización. Durante mucho tiempo los minoristas evitaron el gasto de capital y los desafíos técnicos de ofrecer ecommerce a gran escala para la compra de alimentos. Ahora, con este aumento repentino que nadie sabe si será pasajero o permanente, deberán pensar con más detenimiento en la automatización.