lunes, 23 de diciembre de 2024

Visión inspiradora positiva de líderes

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El nuevo contexto requerirá especialmente de talentos humanos: con habilidad para conectar con el otro, empatía, y que sean inspiradores brindando visiones positivas.

A los directivos que descansaban en el control para alcanzar resultados, este escenario les complica la gestión.

La pandemia nos afectó de innumerables maneras. El mundo del trabajo ciertamente no es la excepción. Si bien venía experimentando cambios, en los últimos meses se impuso un ritmo vertiginoso que podría tal vez tenernos frente a una verdadera revolución.

Pensando en las organizaciones y sus talentos, surgen entonces las preguntas inevitables: ¿quiénes van a ser los líderes y los profesionales que se desempeñarán mejor en el escenario post-pandemia? ¿Qué cualidades y comportamientos necesitarán las organizaciones de sus miembros para obtener excelentes resultados?

Las respuestas requieren del análisis de aquellos ejes que fueron modificados y que parecen haber llegado para quedarse.

En primer lugar, ya se está hablando de que el trabajo a distancia, facilitado por la tecnología, será algo cada vez más usual. A la fuerza, muchas empresas, que no se animaban, probaron el home office y perdieron el miedo. Las organizaciones están entrevistando a sus colaboradores para saber si desean volver a las oficinas, hacer trabajo remoto todos los días, o una combinación. Los resultados no son unívocos, pero sí sabemos que habrá más trabajo desde casa.

Frente a este nuevo contexto, ¿cuáles serán ahora las competencias o cualidades que van a necesitarse? Por un lado, autogestión y automotivación. Se necesitarán profesionales que puedan reconocer prioridades y organizar sus tiempos; y que se sientan protagonistas de sus tareas, resultados y decisiones.

En la otra cara de la moneda. Hoy más que nunca, los líderes deben transmitir una visión inspiradora, que despierte sentido de pertenencia y compromiso.

Amabilidad digital

Las primeras investigaciones resaltan el éxito de las personas que apelan a la amabilidad a la hora de adaptarse al nuevo código digital.

La clave parece experimentar la conexión humana pese a no estar en el mismo espacio físico. Aquellas personas que logren vincularse con otros desde lo emocional, estableciendo un contexto de confianza y cercanía, tendrán mejores resultados.

Por otra parte, el trabajo desde casa produjo una inevitable integración de los ámbitos personal y laboral, que a veces pueden llegar incluso a superponerse. Trabajar desde casa será un desafío pues se deberá administrar el tiempo y gestionar adecuadamente los diferentes roles que poseemos, buscando estrategias que enriquezcan ambos ámbitos sin caer en el estrés. Las personas que sean capaces de encontrar este equilibrio tendrán mayor satisfacción, la cual influirá positivamente en su desempeño profesional.

La pandemia puso también en primer plano la importancia de la capacidad de adaptación, la agilidad y la creatividad. A su vez, las empresas anticipan que los cambios serán mucho más frecuentes, por lo cual, necesitarán talentos que estén dispuestos a dejar de lado fórmulas que les funcionaban, para ponerse a pensar de modo creativo maneras de encarar los desafíos.

Talentos que estén dispuestos a reaccionar rápidamente tomando riesgos y probando nuevas formas, lo que requiere también visión positiva y confianza.

Por otro lado, la pandemia nos afectó a cada uno de maneras muy distintas y el post pandemia también tendrá sus particularidades para cada persona. Esta situación ubica al líder en un espacio central, de quién se requerirá empatía, que pueda ponerse en el lugar del otro y actuar en consecuencia.

Los mejores líderes serán aquellos que practiquen el liderazgo situacional, sabiendo usar distintos estilos según el desafío y la circunstancia de cada uno de los miembros del equipo. Líderes que puedan mostrarse vulnerables y, a la vez, asertivos, según lo requiera el momento.

Hace tiempo ya que la investigación nos mostraba que las competencias de autoregulación, automotivación y de gestión de relaciones son las que marcan realmente la diferencia en la contribución que hacen los líderes a los negocios (ej. Boyatzis, 2006). Sin embargo, hoy vemos cómo esto se potencia y se agregan algunas nuevas pinceladas.

Como reflexión final, se ha demostrado en investigaciones que las competencias se desarrollan. Posiblemente hoy sea momento para que líderes y organizaciones trabajen con sus talentos para potenciarlos hacia el éxito en este nuevo escenario, y para que cada uno de nosotros transite conscientemente las oportunidades diarias que se nos presentan para poner en práctica estas competencias.

(*) Directora de Desarrollo Profesional y Liderazgo del MBA de Universidad de San Andrés

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