Una nueva industria de servicios

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Los “nuevos ricos”, casi siempre demasiado absorbidos por sus actividades, están alimentando una enorme demanda de servicios personalizados que ahorran tiempo.

Los nuevos ricos también pagan generosamente por el toque personal. Los asesores de imagen cobran un promedio de US$ 150 la hora y los personal trainers, US$ 75 o más.

Los chefs personales pueden sacar varios cientos de dólares por llenar el freezer una vez cada siete días con comidas para toda la semana.

Desesperadas por fomentar fidelidad, una cantidad de empresas diversas están creando servicios personalizados:

Servicios financieros

Firmas como Merrill Lynch, Goldman Sachs, Citibank y National Westminster saben que los nuevos ricos de hoy están menos enamorados con la tradición que sus colegas europeos del viejo dinero, quienes preferían el modelo suizo de banca personal.

La vieja escuela buscaba mantener la confidencialidad, preservar el capital y entablar relaciones de largo plazo. La nueva escuela busca en cambio alto rendimiento, altos retornos y prestar servicios privados que aceleren las transacciones aunque eso requiera visitar al cliente en su casa o su oficina.

Los servicios más exclusivos de hipotecas ayudan a los ricos que desean comprar vivienda a calificar para préstamos de US$ 500.000 y más.

Algunos prestamistas cortejan a los clientes muy solventes con tentadores beneficios adicionales como entradas a conciertos o acontecimientos deportivos e invitaciones a recepciones VIP y eventos artísticos.

Viajes

Los pasajeros de la escala más alta exigen comodidad pero detestan las esperas. Muchos hasta podrían preferir un centro de esquí a otro por la calidad de su nieve (Park City, Utah, donde la capa de nieve es compacta, es un centro muy visitado).

Hasta podrían contratar un instructor privado de esquí a US$ 500 por día para mantener su lugar en las líneas de elevación.

Los ricos quieren más espacio, lujo y atención personal. Siguiendo el ejemplo de British Airways, Japan Airlines y Lufthansa, las compañías aéreas como TWA y United gastan millones para regalar millas a sus mejores clientes con programas de viajero frecuente, y mimarlos con salones VIP más atractivos, y asientos cama en la primera clase.

Para contrarrestar las críticas que dicen que tales servicios se hacen a expensas de la clase turista, las aerolíneas explican que 22% de su mercado consiste en pasajeros de primera clase, un ingreso que justifica con creces sus decisiones.

En Estados Unidos los hoteles de lujo experimentan un sostenido aumento de los viajes por placer. Siguiendo el ejemplo de los hoteles europeos y asiáticos de primera línea, los estadounidenses están incorporando médicos in situ o instalando redes médicas instantáneas para que los clientes adinerados no tengan que siguiera que salir de su habitación para recibir atención profesional.

Tiempo libre

Los personajes con mucha pero mucha plata son el segmento más preciado del mercado en el negocio del juego.

Casinos como el Las Vegas Mirage Casino and Resort exhiben sus suites de lujo, costosísimas colecciones de arte, chalets privados y aviones y entradas.

Los ricos encuentran de todo lo que se les ocurra, nada es imposible. Hasta los cines se vuelven ostentosos. General Cinema abre sus lujosas salas con valet parking, entradas privadas, comidas y vinos finos.

Cuidado de la salud

Cada vez más hospitales y centros médicos (inclusive El Johns Hopkins de Baltimore y el Mt. Sinai de Nueva York) ofrecen cuidados médicos al estilo de un hotel de cinco estrellas.

Todo es fino: sábanas de seda, cubiertos de plata, platos de porcelana, puertas de caoba y pisos de mármol.

También lugares como la David Drew Clinic de Chevy Chase, Maryland, ofrecen atención médica de lujo en una atmósfera refinada.

El mercado que buscan es el de los ejecutivos ocupados que pagan entre US$ 5.000 y US$ 6.000 al año en medicina preventiva de la mejor calidad.

Venta minorista

Las más finas mecas de la compra minorista despliegan la alfombra roja. Lenox Square y Phipps Plaza, relumbrantes paseos de compras en el elegante barrio de Buckhead de Atlanta, ofrecen valet parking gratis, acompañantes personales, conserjes todo servicio y un registro de regalos que cubre docenas de comercios.

Exclusivas boutiques de moda tienen probadores VIP que ofrecen privacidad, amplio espacio y servicio de primera.

Algunas casas de ropa de marca como Giorgio Armani, Dolce & Gabbana y Prada también ofrecen entradas privadas, muy buena decoración y discreción para los clientes que prefieren no codearse con las masas.

Al advertir que el recurso más limitado de los nuevos ricos es el tiempo, las empresas inteligentes van a buscar diferenciarse del resto con ejércitos de empleados dispuestos a servir.

Las nuevas tecnologías que permiten hacer el análisis de las ventas acudirán en su ayuda para decidir la rentabilidad de los diferentes segmentos de mercado y reorientar sus servicios de lujo hacia los consumidores de clase media con amplios recursos disponibles y un gusto especial por la buena vida.

Los nuevos ricos también pagan generosamente por el toque personal. Los asesores de imagen cobran un promedio de US$ 150 la hora y los personal trainers, US$ 75 o más.

Los chefs personales pueden sacar varios cientos de dólares por llenar el freezer una vez cada siete días con comidas para toda la semana.

Desesperadas por fomentar fidelidad, una cantidad de empresas diversas están creando servicios personalizados:

Servicios financieros

Firmas como Merrill Lynch, Goldman Sachs, Citibank y National Westminster saben que los nuevos ricos de hoy están menos enamorados con la tradición que sus colegas europeos del viejo dinero, quienes preferían el modelo suizo de banca personal.

La vieja escuela buscaba mantener la confidencialidad, preservar el capital y entablar relaciones de largo plazo. La nueva escuela busca en cambio alto rendimiento, altos retornos y prestar servicios privados que aceleren las transacciones aunque eso requiera visitar al cliente en su casa o su oficina.

Los servicios más exclusivos de hipotecas ayudan a los ricos que desean comprar vivienda a calificar para préstamos de US$ 500.000 y más.

Algunos prestamistas cortejan a los clientes muy solventes con tentadores beneficios adicionales como entradas a conciertos o acontecimientos deportivos e invitaciones a recepciones VIP y eventos artísticos.

Viajes

Los pasajeros de la escala más alta exigen comodidad pero detestan las esperas. Muchos hasta podrían preferir un centro de esquí a otro por la calidad de su nieve (Park City, Utah, donde la capa de nieve es compacta, es un centro muy visitado).

Hasta podrían contratar un instructor privado de esquí a US$ 500 por día para mantener su lugar en las líneas de elevación.

Los ricos quieren más espacio, lujo y atención personal. Siguiendo el ejemplo de British Airways, Japan Airlines y Lufthansa, las compañías aéreas como TWA y United gastan millones para regalar millas a sus mejores clientes con programas de viajero frecuente, y mimarlos con salones VIP más atractivos, y asientos cama en la primera clase.

Para contrarrestar las críticas que dicen que tales servicios se hacen a expensas de la clase turista, las aerolíneas explican que 22% de su mercado consiste en pasajeros de primera clase, un ingreso que justifica con creces sus decisiones.

En Estados Unidos los hoteles de lujo experimentan un sostenido aumento de los viajes por placer. Siguiendo el ejemplo de los hoteles europeos y asiáticos de primera línea, los estadounidenses están incorporando médicos in situ o instalando redes médicas instantáneas para que los clientes adinerados no tengan que siguiera que salir de su habitación para recibir atención profesional.

Tiempo libre

Los personajes con mucha pero mucha plata son el segmento más preciado del mercado en el negocio del juego.

Casinos como el Las Vegas Mirage Casino and Resort exhiben sus suites de lujo, costosísimas colecciones de arte, chalets privados y aviones y entradas.

Los ricos encuentran de todo lo que se les ocurra, nada es imposible. Hasta los cines se vuelven ostentosos. General Cinema abre sus lujosas salas con valet parking, entradas privadas, comidas y vinos finos.

Cuidado de la salud

Cada vez más hospitales y centros médicos (inclusive El Johns Hopkins de Baltimore y el Mt. Sinai de Nueva York) ofrecen cuidados médicos al estilo de un hotel de cinco estrellas.

Todo es fino: sábanas de seda, cubiertos de plata, platos de porcelana, puertas de caoba y pisos de mármol.

También lugares como la David Drew Clinic de Chevy Chase, Maryland, ofrecen atención médica de lujo en una atmósfera refinada.

El mercado que buscan es el de los ejecutivos ocupados que pagan entre US$ 5.000 y US$ 6.000 al año en medicina preventiva de la mejor calidad.

Venta minorista

Las más finas mecas de la compra minorista despliegan la alfombra roja. Lenox Square y Phipps Plaza, relumbrantes paseos de compras en el elegante barrio de Buckhead de Atlanta, ofrecen valet parking gratis, acompañantes personales, conserjes todo servicio y un registro de regalos que cubre docenas de comercios.

Exclusivas boutiques de moda tienen probadores VIP que ofrecen privacidad, amplio espacio y servicio de primera.

Algunas casas de ropa de marca como Giorgio Armani, Dolce & Gabbana y Prada también ofrecen entradas privadas, muy buena decoración y discreción para los clientes que prefieren no codearse con las masas.

Al advertir que el recurso más limitado de los nuevos ricos es el tiempo, las empresas inteligentes van a buscar diferenciarse del resto con ejércitos de empleados dispuestos a servir.

Las nuevas tecnologías que permiten hacer el análisis de las ventas acudirán en su ayuda para decidir la rentabilidad de los diferentes segmentos de mercado y reorientar sus servicios de lujo hacia los consumidores de clase media con amplios recursos disponibles y un gusto especial por la buena vida.

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