Este es el momento ideal para hacer la diferencia y el especialista propone tres plataformas de marca que la compañía podría considerar:
El teléfono bueno. Imaginemos si BlackBerry pudiera conectar llamadas y textos con causas sociales de manera fluida y sencilla. Los usuarios tendrían que decir qué causas quieren ayudar y luego una operación se montaría a través del teléfono para canalizar donaciones de efectivo. Podría convertirse en el Teléfono Bueno para gente que se preocupa por el mundo y estar dispuesto a decir adiós a la gente que no se preocupa.
El cripto teléfono. ¿Y qué pasaría si el próximo BlackBerry fuera el smartphone que puede proteger nuestro anonimato o, mejor aun, darnos el verdadero control de lo que todos los demás saben de nosotros? Esto no es sólo importante ahora, lo va a ser mucho más cuando la Internet de todas las Cosas comience a rastrear cada momento de nuestra vida. Cada entidad que interactúa con un smartphone pretende extraer y enviar información a otra parte, por supuesto, además de toda la información que los usuarios brindan espontáneamente. ¿Podría BlackBerry descubrir cómo proteger a sus usuarios de ser tagueados en los avisos de Facebook o Google? El problema sería averiguar cómo brindar esos beneficios sin ser repudiado por esos proveedores de servicios que confían en usar esa información. Pero sería muy interesante.
El teléfono no teléfono. Si los servicios de telecomunicaciones van a migrar hacia otros dispositivos, ¿podría BlackBerry convertirse en un smartphone que no dependa de ningún hardware? Sería necesario inventar totalmente la interfaz del teléfono y luego migrar los usuarios a diferentes dispositivos. Después de todo, la existencia misma del aparato telefónico fue una necesidad técnica nacida en un determinado momento y lugar, no un hecho pre-ordenado por la Naturaleza. Tal vez tiempo de inventar la próxima generación de comunicación, aunque eso signifique abandonar totalmente el hardware y permitir a la gente hablar y textear desde computadoras, anteojos, señales callejeras inteligentes o cualquier otro aparato inteligente que se conciba.
“Si yo tuviera que apostar, diría que BlackBerry va a terminar saliendo del negocio de los smartphones para concentrarse en servidores y software para empresas, tal vez como una división de algún conglomerado SamsungVerizon o algo parecido. Pero si los marketineros de la compañía lograran el milagro de vender el Z10 como otro iPhone, uno podría pensar que se podrían también comprometerse a intentar algo audaz, diferente y hacer una apuesta peligrosa para triunfar”, termina Baskin.