viernes, 27 de diciembre de 2024

Últimos meses del año con crisis profesional

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Quiénes planean alternativas laborales es porque comenzaron a preguntarse no sólo que quieren hacer sino para qué profesión o especialidad son realmente buenos. Sin embargo, el 50% de las personas desconoce su verdadero potencial.

Y ¿por qué hablamos de crisis? Porque en el último trimestre del año, los colaboradores de una organización que esperan reconocimiento, un ascenso o una complejización de sus tareas sienten cierto grado de insatisfacción cuando ven que esa meta no se cumple.

Frente a eso, algunos eligen abandonar el barco y otros, deciden seguir a bordo, pero con nuevos conocimientos y un mayor grado de especialización. Entonces, “ante esa duda y esa crisis que al fin y al cabo no son más que una valiosa oportunidad, la pregunta acerca de “para qué soy bueno” aparece con fuerza como así también el interrogante sobre qué carrera, posgrado o MBA me conviene para mi futuro laboral”, señala Cristina Oneto, co-fundadora de Talentum.

Los porcentajes indican que el 50% de las personas ignora cuál es su más alto potencial lo que genera un elevado índice de insatisfacción laboral y de equivocación. Y, ¿cómo pueden hacer para saberlo? “Las redes neurales de nuestra corteza cerebral definen ciertas facilidades que tenemos; o sea, nuestro cerebro tiene un área de mayor facilidad y hay técnicas que ayudan a comprenderlo”, agrega Cristina Oneto.

Con nuestro método, continúa, “tipificamos las carreras para que una persona pueda ver dentro de qué espectro de carreras y especialización se puede ubicar”. Un médico que es analítico es probable que sea cirujano, pero si tiene un perfil innovador es probable que elija la especialización en psiquiatría o neurocirugía y si es organizado y tiende a la prevención se inclinará por la especialidad clínica.

“Los anestesistas, por ejemplo, tienen el mismo cerebro que los psiquiatras y el cerebro de los abogados penalistas está estructurado como el de los psiquiatras e incluso el de los arquitectos pero son potencialidades que la mayoría desconoce”, ejemplifica la especialista. La definición técnica la da el cerebro y la inclinación tiene que ver con los valores vitales de las personas.

Con equipos de neurocientíficos, a través de la técnica de cuestionarios y mediante la neurociencia es posible conocer en qué áreas tienen más facilidad las personas para desenvolverse con éxito. “El reporte de valores laborales permite a las personas visualizarse en sus intereses profesionales a futuro, incluso en roles que aún no existen. Es tornar visible lo invisible”, finaliza Oneto.

 

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