KPMG realizó una encuesta mundial para conocer las tendencias acerca de la modalidad de teletrabajo que se va imponiendo en el mercado laboral y el mundo de los negocios. Con el título “Tendencias actuales en trabajo remoto. Trabajar desde cualquier parte”, del estudio participaron más de 530 empresas de 46 jurisdicciones que incluyeron los testimonios de miembros de directorios, gerentes y expertos de los campos de la movilidad global, recursos humanos (HR), impuestos y derecho laboral de una muestra representativa de industrias.
“Una cosa está clara: será más flexible y virtual tanto para empleados como para empleadores. Los empleados pueden encontrar un mejor equilibrio entre su vida profesional y aspiraciones personales. Los empleadores tendrán el beneficio de disponer de una reserva de talento más amplia, desarrollarlo donde sea necesario, además de ahorrar costos y bajar los índices de la huella de carbono”, sostiene Cecilia Nuñez, Directora Tax & Legal, Servicios de Movilidad Global KPMG Argentina. Luego agrega: “Para muchas empresas la pregunta sigue siendo: ¿cómo y en qué medida se debe introducir la flexibilidad? Un primer dato que surge es que el 89% de las compañías afirmaron que ya han introducido políticas de trabajo remoto o están considerando hacerlo. Los números revelan que la gran mayoría persigue una estrategia de largo plazo para el teletrabajo. Sin embargo, éstas varían según cada organización: su modelo de negocio, sus objetivos estratégicos a largo plazo y su cultura corporativa. Actualmente no existe un enfoque único para todos”.
El informe señala que el trabajo remoto se está implementando a un ritmo diferente según la industria. Por ejemplo, los sectores de telecomunicaciones y el de tecnología lideran con un 64 % de las empresas encuestadas que informaron que han pasado a la etapa de implementación, en comparación con el 27% que todavía está en la del análisis. Esto no sorprende y está en línea con lo visto en el mercado: empresas basadas en TI, especialmente aquellas en el sector de empresas emergentes, tienden a tomar decisiones más rápidamente y el trabajo remoto, a menudo, ya forma parte de su ADN.
Y curiosamente para los sectores de alimentos, bebidas, venta minorista y consumo, todos los encuestados señalaron que están planeando una política de trabajo remoto. Para el manufacturero el resultado es más sorprendente dada la exigencia de más trabajo presencial. Algunas de las empresas limitan el trabajo remoto a grupos de empleados específicos que pueden realizarlo. Esto implica la integración con las unidades de negocio y los gerentes de línea, además de abordar cuestiones de equidad y alternativas compensatorias. Otras empresas están viendo más oportunidades para que su fuerza laboral trabaje a distancia utilizando nuevas tecnologías, como es realizar el mantenimiento de la máquina de forma remota con cascos de realidad virtual.
Para una cuarta parte de los consultados el interés mostrado por los empleados es una de las principales razones para el trabajo a distancia. El 18 % dijo que implementar esta modalidad de trabajo es esencial y definitorio en instalar la marca en el mercado de talento, y otro 12 % dijo que ayuda a abordar la escasez de talento.
En resumen, más de la mitad de las organizaciones perciben que los motivos para implementar una política de trabajo remoto están relacionados con el empleado en lugar de ser externo o relacionado con el negocio. El estudio sostiene que centrar una estrategia en la marca empleador y en la propuesta de valor del empleado será cada vez más importante para las empresas y los negocios.
Para tener éxito en los mercados competitivos de talento y alcanzar los objetivos de crecimiento futuro, las organizaciones necesitarán satisfacer la demanda de mayor flexibilidad en el lugar de trabajo. Si se gestiona bien, la implementación del trabajo remoto conducirá a otros cambios positivos como el aumento de las tasas de productividad, el potencial de ahorro de costos y el apoyo para lograr objetivos ambientales, sociales y de gobierno (ESG), así como objetivos de diversidad e inclusión, todos temas que hoy son prioritarios en la nueva agenda de los negocios.
En este sentido, a nivel mundial el 55 % de los impulsores para introducir el trabajo remoto están relacionados con los empleados, un porcentaje que no es consistente en todas las regiones. En la del ASPAC (Asia-Pacífico), las restricciones de viaje se citan como el principal impulsor de esta modalidad, sin dudas una influencia muy fuerte de la pandemia en el momento de la encuesta.
Las restricciones del COVID también son un factor importante en la región EMA (Europa, Oriente Medio y África) y en las Américas, los impulsores relacionados con los empleados parecen tener un impacto mucho más fuerte en estas regiones. Esto podría estar relacionado con restricciones de viaje menos estrictas entre los Estados y las fronteras de los países, así como a una mayor necesidad de permitir más flexibilidad para atraer, motivar y retener el talento. En la práctica, muchas empresas están anunciando la introducción del trabajo desde cualquier lugar para atraer talento, lo que aumenta la presión sobre otras empresas para que adopten enfoques similares.
“En la región EMA, el número de personas que trabajaba habitualmente desde su hogar fue más o menos constante durante la década anterior a la pandemia y fue en promedio solo el cinco por ciento en 2019. Al estallar la pandemia, el número de personas empleadas que habitualmente trabajan desde su casa se duplicó y luego se triplicó en EMA alcanzando en promedio más del doce por ciento en 2020”, dice Daida Hadzic Líder de Calidad EMA, Servicios de Movilidad Global y Directora en KPMG Meijburg & Co.
Por su parte, Kshipra Thareja, Directora, Servicios de Movilidad Global, KPMG Estados Unidos, explica que “si bien solo el 10 por ciento de los consultados en nuestra encuesta dijo que la comunicación era el principal desafío para ellos al introducir el trabajo remoto, no debería ser subestimada. De hecho, una comunicación clara y consistente es esencial para cualquier cambio en el lugar de trabajo. Las empresas deben comunicar regularmente como la dinámica de la pandemia cambia constantemente las políticas en el lugar de trabajo, el diseño organizacional, la experiencia del empleado, los roles y la fuerza de trabajo en general”.
A medida que una empresa introduce el trabajo remoto debe alinearse con los liderazgos y la consistencia de los mensajes a través de canales múltiples de comunicaciones (por ejemplo, webcasts, capacitaciones, preguntas frecuentes, guías, políticas, etc.). Los empleados deben ser informados de lo que puede ser requerido de ellos cuando regresen a la oficina (por ejemplo, requisitos de seguridad, precauciones de viaje, cambios de procesos y oficina, etc).
Trabajo en equipo y una fuerte cultura empresarial también deben promoverse para entornos remotos y presenciales. Estos métodos de comunicación deben medirse para evaluar su eficacia y permitir ajustes cuando sea necesario.
La forma en que el mundo funciona ha cambiado para siempre y hay que asegurase de que ese cambio sea sostenible escuchando a todas las secciones de la organización. Un exitoso marco de “trabajar desde cualquier lugar” será uno que tenga protocolos detallados de comunicación y gobernanza.
No existe un enfoque único ya que la estrategia correcta depende de la estrategia del negocio y de los objetivos de talento, y de las industrias y regiones en las que opera, así como de la cultura empresarial. Por último, al implementar el trabajo a la distancia la tecnología puede actuar como un facilitador para asegurar el cumplimiento y la eficiencia mientras la comunicación es clave para apoyar la implementación exitosa de las políticas y el proceso de transformación. En síntesis, “trabajar desde cualquier lugar” es una realidad inmodificable y la flexibilidad se convertirá en una parte integral del mundo laboral actual y futuro.