Telemarketing falso

spot_img

Aunque la definición legal de telemarketing puede variar un poco según el lugar, hay algunas excepciones al tipo de transacciones que puede cubrir.

En general telemarketing implica situaciones en las que las empresas llaman a los consumidores para vender sus productos o servicios, o los consumidores llaman a las empresas respondiendo a diversas formas de publicidad.

El uso del teléfono para la venta de una gran variedad de productos o servicios puede ser una herramienta de marketing eficaz y legítima para cualquier empresa.

Si bien hay muchas empresas legítimas que usan el teléfono para actividades de marketing, los consumidores pierden algo así como US$ 40.000 millones al año por culta del fraude telefónico.

Una encuesta Louis Harris Survey realizada en Estados unidos para la National Consumers League descubrió que 92% de los adultos en Estados Unidos ha denunciado, en alguna oportunidad, alguna oferta telefónica fraudulenta.

Y el FBI calcula hay 14.000 operaciones ilegales de venta telefónica todos los días en Estados Unidos.

Muchas veces es difícil distinguir entre un telemarketinero de reputación y un bandido que usa el teléfono con propósitos non sanctos.

Pero si usted sabe qué buscar, podrá identificar la bandera roja del fraude.
Sólo compre a quien usted conozca y le merezca confianza; si el nombre de la compañía no le resulta familiar, pida que le envíen información sobre los productos y servicios que ofrece.

Comprenda la oferta; asegúrese de que sabe qué empresa es y cómo localizarla, qué es lo que está vendiendo, cuánto cuesta, cuándo lo entregarán, cuál es la política con respecto a una posible devolución o cancelación y los términos de cualquier garantía.

Averigüe los antecedentes de la compañía; pida a la agencia local de protección al consumidor si la empresa tiene que estar registrada y con quién y vea si lo ha hecho.

Tenga cuidado a quién le da su información personal o financiera; no dé números de sus cuentas bancarias, números de tarjetas de crédito, números de seguridad social y otra información personal a menos que sepa que la empresa es legítima y la información es necesaria para la transacción.

Tómese su tiempo para decidir; si bien es cierto que puede haber determinados plazos para las ofertas especiales, la alta presión en una táctica de ventas suele ser indicio de estafa.

Resista la presión de enviar su pago por correo privado o transmisión electrónica; a veces esas tácticas se suelen usar para impedir que usted cambie de parecer y evitar la participación de organismos de control.

No participe en concursos u otros juegos de azar a menos que conozca a la compañía u organización que los auspicia; los estafadores suelen obtener listas de posibles víctimas de los formularios que llenan los consumidores para ganarse un viaje o un auto y luego y luego colocan en las cajas emplazadas en shopping centres o ferias.

No tenga miedo de colgar; su teléfono es lo mismo que la puerta de su casa o departamento, usted no tiene por qué abrirla o invitar a la gente a pasar, y también puede pedir a sus invitados que se retiren en cualquier momento.

Los telemarketineros impostores son muy buenos para mentir, acosar o seducir o engatusar a sus víctimas; cuanto más tiempo permanezca usted en la línea, más hondo clavan sus garfios, no permita que un ladrón entre a su casa a través de la línea telefónica.

En general telemarketing implica situaciones en las que las empresas llaman a los consumidores para vender sus productos o servicios, o los consumidores llaman a las empresas respondiendo a diversas formas de publicidad.

El uso del teléfono para la venta de una gran variedad de productos o servicios puede ser una herramienta de marketing eficaz y legítima para cualquier empresa.

Si bien hay muchas empresas legítimas que usan el teléfono para actividades de marketing, los consumidores pierden algo así como US$ 40.000 millones al año por culta del fraude telefónico.

Una encuesta Louis Harris Survey realizada en Estados unidos para la National Consumers League descubrió que 92% de los adultos en Estados Unidos ha denunciado, en alguna oportunidad, alguna oferta telefónica fraudulenta.

Y el FBI calcula hay 14.000 operaciones ilegales de venta telefónica todos los días en Estados Unidos.

Muchas veces es difícil distinguir entre un telemarketinero de reputación y un bandido que usa el teléfono con propósitos non sanctos.

Pero si usted sabe qué buscar, podrá identificar la bandera roja del fraude.
Sólo compre a quien usted conozca y le merezca confianza; si el nombre de la compañía no le resulta familiar, pida que le envíen información sobre los productos y servicios que ofrece.

Comprenda la oferta; asegúrese de que sabe qué empresa es y cómo localizarla, qué es lo que está vendiendo, cuánto cuesta, cuándo lo entregarán, cuál es la política con respecto a una posible devolución o cancelación y los términos de cualquier garantía.

Averigüe los antecedentes de la compañía; pida a la agencia local de protección al consumidor si la empresa tiene que estar registrada y con quién y vea si lo ha hecho.

Tenga cuidado a quién le da su información personal o financiera; no dé números de sus cuentas bancarias, números de tarjetas de crédito, números de seguridad social y otra información personal a menos que sepa que la empresa es legítima y la información es necesaria para la transacción.

Tómese su tiempo para decidir; si bien es cierto que puede haber determinados plazos para las ofertas especiales, la alta presión en una táctica de ventas suele ser indicio de estafa.

Resista la presión de enviar su pago por correo privado o transmisión electrónica; a veces esas tácticas se suelen usar para impedir que usted cambie de parecer y evitar la participación de organismos de control.

No participe en concursos u otros juegos de azar a menos que conozca a la compañía u organización que los auspicia; los estafadores suelen obtener listas de posibles víctimas de los formularios que llenan los consumidores para ganarse un viaje o un auto y luego y luego colocan en las cajas emplazadas en shopping centres o ferias.

No tenga miedo de colgar; su teléfono es lo mismo que la puerta de su casa o departamento, usted no tiene por qué abrirla o invitar a la gente a pasar, y también puede pedir a sus invitados que se retiren en cualquier momento.

Los telemarketineros impostores son muy buenos para mentir, acosar o seducir o engatusar a sus víctimas; cuanto más tiempo permanezca usted en la línea, más hondo clavan sus garfios, no permita que un ladrón entre a su casa a través de la línea telefónica.

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO