Tecnología y publicidad

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Durante la reunión anual de 1994 de la American Association of Advertising Agencies (4As) el presidente y CEO de Procter & Gamble – Ed Artzt – dijo cosas que todavía hoy se recuerdan: si la publicidad no se adueña de los avances tecnológicos, va a tener que bailar mucho para que la gente vea sus avisos. 

En su discurso, pronunciado antes de que la Web tuviera una actuación especialmente notable, advirtió sobre un futuro en el cual los consumidores tendrían el control y rechazarían la publicidad a menos que ésta le diera una razón para prestar atención. 

Artzt dijo entonces que si la publicidad no aprovechaba las cambiantes tecnologías, la lealtad a las marcas sufriría en el largo plazo. “ Si los usuarios se suscriben para ver contenido sin publicidad, estaremos en un problema serio. Los proveedores de nuevos medios darán a los consumidores lo que estos quieren y al precio que están dispuestos a pagar”.

El negocio publicitario, dijo entonces, tiene que ser parte de la transformación. “Vamos a tener que agarrar la tecnología por los dientes y hacer que trabaje para nosotros”.
De manera que ya hace 20 años, Artzt sonó la alarma con su discurso visionario. La publicidad no tomó a la tecnología por los dientes, dice hoy Advertising Age.
El mejor contenido, sin publicidad

En 1994 35% del contenido se veía sin avisos mediante servicios de suscripción. La cifra actual oscila entre 60% y 65%. Dice Rishad Tobaccowala, presidente de Digitas LBi, de Publicis. Por US$60 al mes, la gente paga para acceder al “mejor contenido en el mundo sin tener que mirar un solo aviso”,. Dijo sumando el costo de una suscripción a netflix, HBO, Showtime, Hulu y Spotify o Pandora.

La tecnología tiene a la publicidad por las solapas, la sacude y no la suelta. Hasta los más poderosos en Internet luchan sin cesar para encontrar que funcione tanto para la gente como para los anunciantes.
El mundo de los medios se ha convertido en un lugar donde los consumidores más buscados — los que tienen dinero para gastar –por los anunciantes pueden evitar los avisos con facilidad. Mientras que los que no tienen, no los pueden evitar.
Artzt, hoy retirado, considera que alguna publicidad digital es “abominable”, especialmente los videos publicitarios que arrancan con o sin la autorización del usuario. “esos van a desaparecer por su propio peso porque son absolutamente irritantes”.

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