Estamos atravesando una transformación fundamental en la forma en que trabajamos. La automatización y las “máquinas pensantes” reemplazan tareas y empleos humanos y cambian las habilidades que las organizaciones buscan para su personal. Esos cambios fenomenales presentan enormes desafíos estructurales, de talento y de recursos humanos en un momento en que los líderes de empresa ya están haciendo frente a numerosas situaciones de disrupción política y social.
El ritmo del cambio se acelera.La competencia por el talento es feroz. Y talento ya no quiere decir lo mismo que hace diez años: muchos de los roles, habilidades y títulos de mañana ni siquiera se conocen hoy. ¿Cómo pueden las organizaciones prepararse por un futuro que les resulta difícil definir? ¿Cómo van a cambiar nuestras necesidades de talento? ¿Cómo podremos atraer, mantener y motivar a las personas que necesitaremos? ¿Y qué quiere decir todo esto para Recursos Humanos?
El futuro del trabajo nos exige que consideremos los grandes temas de nuestra era. ¿Qué influencia tendrá la incesante marcha de la tecnología, la automatización y la inteligencia artificial en dónde y cómo trabajemos? ¿Qué vamos a necesitar para trabajar? ¿Cuál será nuestro lugar en un mundo automatizado? Muchos comentaristas se enfocan en el papel que se supone tendrán la tecnología y la automatización en los empleos y en el trabajo. Los investigadores de Deloitte, por ejemplo, en cambio, creen que la historia real es mucho más complicada. No se trata tanto de la innovación tecnológica sino de la forma en que los seres humanos decidan usar la tecnología. La forma que adopte la fuerza de trabajo futura será el resultado de corrientes complejas, cambiantes y rivales.
El informe Future of Work sugiere que la inteligencia artificial podría no ser tan nociva para los trabajadores como muchos temen. Los investigadores descubrieron que IA no robará tantos empleos como se cree, que aumentará la colaboración y la satisfacción en el empleo, que terminará con el pensamiento grupal y fomentará la diversidad en las búsquedas laborales. Aunque los programas de IA solo son todo lo buenos que le permitan los datos con que se los alimenta, el informe corrige las pesimistas predicciones que circulan sobre desempleo masivo, guerras con robots asesinos, médicos reemplazados por robots y vigilancia masiva.
Hace 50 años, nadie habría podido predecir las habilidades necesarias para avanzar hoy en la economía. La familiaridad con las tecnologías que se transforman rápidamente; la aparición de habilidades cuantitativas para la banca, la publicidad y la salud: la rápida desaparición de las fronteras entre habilidades duras y blandas. Todos estos desarrollos eran impredecibles.
Con la Cuarta Revolución Industrial en camino, muchas de las actuales habilidades seguirán siendo centrales, pero una próxima generación de habilidades tiene la posibilidad de convertirse en la carta ganadora. Los líderes de las grandes compañías lo están advirtiendo y están tratando de entender mejor cómo encontrar, contratar y cultivar el talento adecuado. La próxima generación necesita campeones de talento, o sea líderes que entiendan la crisis de habilidades y que ya están haciando algo al respecto.
El campeón del talento
La Cuarta Revolución Industrial reduce las barreras entre los sistemas físicos y digitales, donde todo, desde inteligencia artificial, 5G, impresión 3D e internet de las cosas tendrá un papel en la transformación de todas las industrias. De manejar verticales específicas se pasará a trabajar con un sistema entretejido por la automatización y los algoritmos. Sin duda, los impactos transformadores serán profundos. Falta saber si estamos listos para esta revolución.
Según el informe de Deloitte, 55% de los ejecutivos de la alta gerencia creen que hay un gran desajuste entre las habilidades actuales y las que serán necesarias en el futuro. Otro 46% creen que no saben cuáles serán las habilidades que necesitarán en el futuro. Gran parte de la ansiedad que se deriva de esa ignorancia se orienta hacia el papel de las tecnologías emergentes en los próximos años: 44% de los ejecutivos encuestados dijeron que la carencia de fluidez tecnológica de los empleados es un desafío para preparar a las fuerzas laborales para la transformación del trabajo para el corto plazo.
La preocupación evidente entre los líderes de las industrias sobre la carencia de habilidades presentes en esta generación y en la próxima, señala que entienden el problema del talento. Pero la brecha de habilidades es real y se agranda. Es más, muchos ejecutivos no creen que sea responsabilidad de las empresas ayudar a sus empleados a desarrollar las habilidades. 80% cree que le compete al Gobierno, al sistema educativo y a los individuos desarrollar las habilidades que necesitarán los trabajadores para triunfar en el futuro.
Y luego están los campeones de talento, o sea, los defensores del talento. Este subgrupo de ejecutivos toma un camino más proactivo en la preparación de sus fuerzas laborales. Según la encuesta, los campeones del talento se sienten más responsables que sus colegas por la capacitación de sus empleados para las próximas habilidades que harán falta (51% a 41%).
Esos líderes exhiben algunos atributos importantes. Para empezar, son muy tecnológicos: los campeones del talento no dudan en invertir en tecnología disruptiva (42% versus 32 %) y se comprometen a usar esas tecnologías en una forma ética (44% versus 28%). Están más interesados en ver cómo hacer para que los métodos socialmente responsables pueden generar ingresos. 64% de ellos dice que han podido generar ingresos a través de iniciativas socialmente responsables. Esa combinación de conciencia social y metas comerciales es clave para retener a los trabajadores jóvenes, un grupo que se muestra leal a un empleador gracias a los programas de responsabilidad social.
Crear y atraer al trabajador del futuro
Crear la mejor fuerza de trabajo para el futuro quiere decir que los líderes empresariales van a necesitar ser más estratégicos cuando se trata de crear un camino hacia el futuro del trabajo. Quiere decir hacer lo posible para asegurar que los empleados se mantengan al día con las tecnologías y técnicas emergentes, especialmente las que van a aparecer dentro de nuestro negocio o industria. Quiere decir comprender las prioridades y expectativas de esta generación y de la próxima. Pensemos qué habilidades va a necesitar nuestro personal no el día de mañana, sino en los años y décadas que vendrán. Eso puede significar la diferencia entre una compañía que triunfa y otra que se queda en el camino.
Es inevitable que la Cuarta Revolución Industrial transformará la forma en que concebimos el talento. Identificar a los campeones del talento será un ingrediente vital para las organizaciones que logren navegar bien a través de los cambios. Serán las que creen una cultura que rica y ambiciosa. Hemos cambiado la forma de trabajar notablemente en los últimos 50 años. Los cambios que veremos en los próximos 50 prometen ser todavía más profundos.
PwC