jueves, 21 de noviembre de 2024

Sueldos ejecutivos: la transparencia no ayuda

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La filosofía de transparentar no logró bajarlos sino subirlos.

En 1998 un CEO promedio ganaba 47 veces más que su empleado promedio. Hoy, gana 145 veces más (cálculos realizados por el High Pay Centre en Gran Bretaña).

Este es uno de los extraños casos – argumenta un columnista en el Times de Londres — donde la transparencia contribuye a la desigualdad.

 

Y pasa a explicar esto que parecería ser un contrasentido, dado que la transparencia es el remedio para las conductas corruptas que plagan el mundo actual.

 

La transparencia en este terreno es el enemigo porque tropieza con la apatía de los inversores y con la piel de los jefes, dura como la del elefante. Y porque, además, si el directorio sabe lo que paga la competencia, no puede ofrecer menos a un candidato sin sugerirle que no está a la misma altura. Esto quiere decir que l

 

Gran Bretaña introdujo una nueva filosofía de total transparencia con el Greenbury Report en 1995. El informe rezaba: “Las empresas no deberían pagar niveles superiores al promedio sin tener en cuenta el desempeño. También se deberían cuidar de basar la remuneración en un grupo comparativo. Si persiguen esas políticas, el efecto será ir elevando el nivel de la remuneración ejecutiva.

 

Greenbury fue la respuesta a la indignación general sobre los sueldos en los servicios públicos privatizados. Hasta entonces las empresas tenían que informar la suma de salario y bono de los directores mejor pagos pero no su identidad, las remuneraciones de todos los directores y el número de directores dentro de cada banda remunerativa. Era una especie de transparencia limitada.

 

Fue después de la “total transparencia del Greensbury que la remuneración de los ejecutivos se disparó. En 1980, dice el High Pay Centre, los jefes ganaban entre 13 y 44 veces más que sus empleados promedio, algo no tan diferente de 1998. En los 12 años que siguieron los sueldos promedio crecieron 4,7% mientras que los jefes recibieron 13,6% más, según un informe del gobierno de 2011. El mismo informe dice que no se encontraron pruebas de que esas remuneraciones estuvieran ligadas al desempeño. La paga subió sin estar en relación con los retornos.

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