Algo que cualquiera ha hecho pero no admitiría fácilmente que está bien. Las mentiras en las entrevistas de trabajo son una tentación para el entrevistado y algo de lo que cuidarse para el entrevistador. Paradójicamente, ambos saben que van a mentir y escuchar mentiras en algún momento. Lo importante es saber cuándo conviene mentir y porqué. Por supuesto no se trata de mentir sobre un título profesional o de pregonar habilidades que ciertamente no tenemos, sino de saber en qué dar detalles y en que no dar más información que la mínima necesaria.
Sí, sólo trabaje acá y acá
Un CV no es un documento histórico. No tiene que tener todos los detalles ni todas las explicaciones. Mucho menos información que no nos representa o que no es beneficiosa. El CV es una herramienta para buscar trabajo y para presentarnos y explicar quienes somos a una compañía. Si tuvimos un período corto en una empresa o si pasamos por una mala experiencia que no dice nada de nosotros, no hay motivo para incluirlo en nuestro currículum. Lo indispensable es listar todas las experiencias y logros que dice algo verdadero sobre nosotros.
Siempre me llevé bien con mis compañeros
Todos sabemos que nunca nos podemos llevar bien con todo el mundo. A la hora de hablar sobre los proyectos en los que trabajamos, siempre es beneficioso contar las mejores experiencias y hacer foco en los buenos compañeros de trabajo. Nada bueno dice de nosotros que hablemos mal de ex compañeros de trabajo o les echemos la culpa por algún proyecto que fracasó. No hay necesidad de dejar la impresión de ser conflictivos o quejosos si nosotros sabemos a la perfección que no lo somos.
Los verdaderos intereses
La mayoría de los CV incluyen una sección donde se enumeran los intereses personales del postulante. En este apartado se suelen listar cosas como inquietudes académicas o habilidades que desarrollamos en forma amateur. Pero no necesariamente hay que mentir. Si no tenemos ningún intereses relacionado con la empresa a la que apuntamos lo mejor es no mencionar los que no tienen relación. Y mucho menos escribir cualquier cosa sólo para no dejar un espacio en blanco. Es mejor no poner nada que escribir que nuestro interés es mirar televisión y dormir la siesta, aunque esa sea la verdad.
¿Por qué dejamos el anterior trabajo?
Una de las preguntas más clásicas pero más difícil de responder. Muchas las veces dejamos un trabajo por causas de fuerza mayor: despidos, cierre de la compañía, mal desempeño, problemas con el jefe o los compañeros, etcétera. Si es el caso, lo mejor es mencionar una razón positiva antes que una negativa. ¿No es mejor explicar que la propuesta de la compañía es mejor que lo que realizábamos antes? No es necesario hacer hincapié en que ese “mejor” se refiere específicamente a que nuestro jefe no no los toleraba. Y no estamos mintiendo al decir que la empresa a la que aspiramos ofrece algo mejor porque eso sería estrictamente cierto.