En Galyans, una cadena de tiendas de artículos deportivos, los clientes se trepan –literalmente– por las paredes. Como parte de la experiencia de comprar, los consumidores son invitados a usar la pared para llegar al segundo piso del local.
Hudson Trail Outfitters incluyen cuevas de lluvia donde los clientes pueden probarse ropa impermeable.
La tienda Recreational Equipment Inc. (REI) en Seattle tiene una especie de monte para escalar y una bicisenda para probar bicicletas. Ese es el tipo de atracción interactiva que las tiendas de deportes incorporaron en los últimos años para despertar interés en la gente y vender más productos.
Paredes escalables, cuevas de lluvia y bicisendas forman parte de una tendencia mucho más amplia que marca la compra con experiencia, también llamada compra entretenimiento. Centros de compra con inclinación a la diversión, como el Irvine Entertainment Center y CityWalk en California ofrecen películas, galerías de video, parques de diversiones, restaurates, tiendas, negocios especializados y muchas oportunidades para que la gente realice compras frívolas por impulso.
El Palisades Center en West Nyack, Nueva York, tiene una calesita, una pista de patinaje, una zapatillería con su propia cancha de básket y un Café de la Jungla con imitación de cocodrilos y de truenos.
Ya no basta que los comerciantes vendan artículos de calidad a precios razonables. Como la competencia es cada vez más intensa, ellos buscan desesperadamente formas de destacarse. REI explica que su propósito es dar no sólo entretenimiento sino también educación; ofrece estaciones de prueba donde los clientes pueden usar los productos antes de comprometerse a comprarlos, y eso incluye una sala de iluminación donde los ciclistas pueden probar las luces de los rodados.
JoAnn etc. (así se llama) también hace esfuerzos por entretener y educar. Por eso es que en algunos de sus centros hay un disc jockey que pasa música latina mientras mareas de mujeres se contonean al compás. Simultáneamente, hay tipo de acontecimiento desarrollándose en la tienda. Para dar a la compra una cuota de entretenimiento, JoAnn etc. ofrece clases de tarjetería, cerámica y armado de álbumes para fotos.
Wal-Mart transmitió en vivo, en sus 2.500 locales, el concierto de Garth Brooks; todo esto da idea de hasta qué punto están dispuestos a llegar los comercios para atraer compradores y mantenerlos mirando sus mercaderías durante más tiempo del que habían pensado.
Esta teoría explica el vertiginoso surgimiento de las clases de cocina, de las sesiones de poesía y de las demostraciones de productos. Para Halloween, un almacén en Connecticut montó una casa de fantasmas con actores profesionales y los mismos empleados.
Cualquiera sea el nombre que se le dé –compra con experiencia, o compra de entretenimiento–, el objetivo es el mismo. Atraer más compradores y mantenerlos en el lugar por más tiempo. Y está dando resultados. Los malls en Estados Unidos no sólo atraen a los residentes de la zona, sino también atraen micros llenos de turistas. La Internet, seguramente, tiene un lugar en el escenario de la compra minorista futura, pero la como una forma de recreaticón en la cual los compradores pueden ver y ser vinstos puede ocurrir sólo en una tienea tradicional con paredes de ladrillos.
En Galyans, una cadena de tiendas de artículos deportivos, los clientes se trepan –literalmente– por las paredes. Como parte de la experiencia de comprar, los consumidores son invitados a usar la pared para llegar al segundo piso del local.
Hudson Trail Outfitters incluyen cuevas de lluvia donde los clientes pueden probarse ropa impermeable.
La tienda Recreational Equipment Inc. (REI) en Seattle tiene una especie de monte para escalar y una bicisenda para probar bicicletas. Ese es el tipo de atracción interactiva que las tiendas de deportes incorporaron en los últimos años para despertar interés en la gente y vender más productos.
Paredes escalables, cuevas de lluvia y bicisendas forman parte de una tendencia mucho más amplia que marca la compra con experiencia, también llamada compra entretenimiento. Centros de compra con inclinación a la diversión, como el Irvine Entertainment Center y CityWalk en California ofrecen películas, galerías de video, parques de diversiones, restaurates, tiendas, negocios especializados y muchas oportunidades para que la gente realice compras frívolas por impulso.
El Palisades Center en West Nyack, Nueva York, tiene una calesita, una pista de patinaje, una zapatillería con su propia cancha de básket y un Café de la Jungla con imitación de cocodrilos y de truenos.
Ya no basta que los comerciantes vendan artículos de calidad a precios razonables. Como la competencia es cada vez más intensa, ellos buscan desesperadamente formas de destacarse. REI explica que su propósito es dar no sólo entretenimiento sino también educación; ofrece estaciones de prueba donde los clientes pueden usar los productos antes de comprometerse a comprarlos, y eso incluye una sala de iluminación donde los ciclistas pueden probar las luces de los rodados.
JoAnn etc. (así se llama) también hace esfuerzos por entretener y educar. Por eso es que en algunos de sus centros hay un disc jockey que pasa música latina mientras mareas de mujeres se contonean al compás. Simultáneamente, hay tipo de acontecimiento desarrollándose en la tienda. Para dar a la compra una cuota de entretenimiento, JoAnn etc. ofrece clases de tarjetería, cerámica y armado de álbumes para fotos.
Wal-Mart transmitió en vivo, en sus 2.500 locales, el concierto de Garth Brooks; todo esto da idea de hasta qué punto están dispuestos a llegar los comercios para atraer compradores y mantenerlos mirando sus mercaderías durante más tiempo del que habían pensado.
Esta teoría explica el vertiginoso surgimiento de las clases de cocina, de las sesiones de poesía y de las demostraciones de productos. Para Halloween, un almacén en Connecticut montó una casa de fantasmas con actores profesionales y los mismos empleados.
Cualquiera sea el nombre que se le dé –compra con experiencia, o compra de entretenimiento–, el objetivo es el mismo. Atraer más compradores y mantenerlos en el lugar por más tiempo. Y está dando resultados. Los malls en Estados Unidos no sólo atraen a los residentes de la zona, sino también atraen micros llenos de turistas. La Internet, seguramente, tiene un lugar en el escenario de la compra minorista futura, pero la como una forma de recreaticón en la cual los compradores pueden ver y ser vinstos puede ocurrir sólo en una tienea tradicional con paredes de ladrillos.