<p>Si bien coincidimos con Drucker en que pronosticar es difícil, a los gerentes se les pide constantemente que lo hagan – sea predecir ventas futuras, anticipar ganancias de la compañía o planificar retornos por inversiòn. Los buenos pronòsticos tienen la clave de los buenos planes. Quejarse sobre las dificultades no ayuda. Esto lo dice el grupo de ensayistas cuyo trabajo aparece aquì en apretada sìntesis. ellos son Tim Laseter, Casey Lichtendahl y Yael Grushka-Cockayne<br />
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No obstante, pocos pronosticadores reciben capacitación formal o informal. Las empresas – o al menos muchas – tratan el proceso de pronosticación como el juego de adivinar el peso de una persona. Y dada la frecuencia con que se dan las equivocaciones, uno se pregunta con cuànta frecuencia la balanza està cargada. Esta falta de atención a la calidad del pronóstico es una vergüenza porque un vehìculo eficaz para mirar hacia adelante puede hacer toda la diferencia en el èxito de una inversiòn a largo plazo o una decisiòn estratègica.<br />
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Pronosticar competentemente no quiere decir ser capaz de predecir el futuro con certidumbre. Significa aceptar el rol que juega la incertidumbre en el mundo, significa engancharse en un proceso continuo de crear en su compañía una capacidad para pronosticar y preparar asì el èxito de la compañía. Un buen pronóstico conduce, a través de directas recomendaciones o conversaciones informales, a acciones sólidas, acciones que valdrá la pena realizar, cualquiera sean las realidades que nos depare el futuro. En muchos casos, un bueno pronòstico implica reconocer, y a veces gritar desde los techos, la inherente incertidumbre de los estimados, y el hecho de que las cosas pueden salir mal con mucha rapidez. Esos gritos deberían fomentar el desarrollo de planes de contingencia para manejar los riesgos y aprovechar ràpidamente las oportunidades inesperadas. <br />
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<p><strong>Por qué fallan<br />
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</strong>Los pronósticos fallan por muchas razones, una de las cuales es que proponen, por ejemplo, una cifra para el tamaño de mercado que se busca, o para las ventas del año siguiente, siempre basándose en un promedio de datos esperados. <br />
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Pero los pronósticos no deben ser tratados como un juego de azar , donde gana el que más se acerca al resultado eventual. Ocasionalmente “acertar” con una predicción en particular no crea benericios reales y hasta puede conducir a una falsa sensación de seguridad. Nadie puede pronosticar acertadamente todas las veces. Es mejor usar una gama de resultados posibles como herramienta de aprendizaje, una forma de explorar escenarios y de prepararse para un futuro necesariamente incierto. <br />
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