Para nivelar el campo de juego en la oficina es fundamental que las empresas fomenten políticas familiares para equilibrar el trabajo y la vida privada para todos los empleados.
Las licencias de paternidad pueden ser importantes para nivelar las diferencias que persisten en los lugares de trabajo. Muchas empresas ya toman en serio las iniciativas para equilibrar el trabajo con la vida familiar pero las aplican solamente a las mujeres. Con la licencia por maternidad, por ejemplo, les permiten tomarla por varios meses y luego les ofrecen la posibilidad de trabajar medio tiempo por varios meses.
Pero no lo hacen con los hombres.
Es indudable que las empresas deben avanzar en la instalación de políticas que permitan que las mujeres logren sus metas profesionales y que las ayuden a manejar sus responsabilidades laborales, familiares de todo orden. Pero si se enfocan en políticas solamente orientadas a ellas lo que hacen es perpetuar normas y estereotipos anticuados que en última instancia inhiben la mayor igualdad en el lugar de trabajo y en la sociedad. Esa es la hipótesis planteada por Josh Levs en strategy&.
El paso inevitable acá es orientar esas políticas – como la licencia por paternidad y los programas para equilibrar el trabajo y la vida laboral — específicamente hacia los hombres.
Hasta que ellos no tengan iguales oportunidades para cuidar de sus mayores o de sus hijos y hasta que las compañías no los consideren igualmente responsables del cuidado de sus progenitores o de sus hijos, las familias no tendrán otra salida que volcar el grueso de esas responsabilidades sobre las espaldas de las mujeres. Y ellas pasarán menos tiempo en el trabajo y más en el hogar, algo que puede inhibir su desarrollo profesional.
Ésa, dice Levs, es la otra mitad de lo que hace falta para crear un campo de juego parejo para hombres y mujeres en el trabajo.