Hasta que este mes estalló la lucha por el liderazgo, Piech se había salido siempre con la suya. Contaba siempre con el apoyo de los representantes obreros que tienen la mitad de las bancas en el directorio de Volkswagen. Y aunque las familias Porsche y Piech—quienes juntas controlan 51% de las acciones votantes – han tenido siempre sus diferentes, por lo general al final se ponían de acuerdo.
Pero esta vez Piech encontró una poderosa alianza entre los directores de la compañía. Su primo y presidente de Porsche, Muchos de los directores – sus primos entre ellos – estaban hartos de sus maquinaciones. Luego de una tensa discusión le dijeron que corría el riesgo de que en la siguiente reunión del directorio supervisor, votaran por su retiro. Ante la posibilidad de una humillación más, Piech optó por renunciar. El y su esposa.
Nadie sabe todavía muy bien por qué generó las crisis el 10 de abril., o por qué no trató de conseguir apoyo familiar antes de hacerla pública.