Ocho señales de que te cansaste de tu trabajo

Si cada nuevo día de trabajo es un sufrimiento y no podemos ver el vaso medio lleno quizás el problema no somos nosotros y nuestra actitud sino el trabajo en sí mismo.

¿El estrés en el trabajo es cosa de todos los días?, ¿las listas de pendientes superan en gran cantidad a las de proyectos finalizados?, ¿prometemos cosas que no cumplimos sobre entregas y fechas límite? Si las respuestas a estas preguntas son todas, o casi todas, rotundos sí entonces es posible que no estemos haciendo el trabajo que nos gusta. Puede ser difícil distinguir este tipo de sentimientos de los altibajos normales que todos experimentamos en nuestros empleos, pero hay ocho señales claves que nos dicen que ya estamos cansados de nuestro trabajo actual.

 

Te quejas.

 

La procrastinación está a la orden del día

La procrastinación es un fuerte indicador de hartazgo y desinterés. Si los documentos de proyectos importantes se mantienen impolutos hasta el último momento donde se hace todo a las apuradas, mientras que en ese tiempo repararos en detalles sobre otras tareas menores, es una clara señal de que algo no está funcionando.

 

Muchas excusas

Cuando los resultados no aparecen, se suele recurrir a las excusas. Pensar y decir que otras personas o las circunstancias son las responsables del bajo rendimiento en el trabajo podría ser una forma de esconder la verdad: es hora de buscar otro empleo.

 

La motivación es virtualmente inexistente

Parece obvio pero no siempre lo es. Muchos trabajos tienen motivadores por fuera de la actividad laboral como un buen sueldo o un grupo de trabajo agradable. Si no aparecen ni siquiera estas motivaciones es una alerta de que ya estamos cansados del empleo.

 

Estrés

Un poco de estrés es normal para la mayoría de nosotros. Pero cuando el estrés es implacable, y sobre todo cuando se trata no de los plazos de entrega u otras fuentes externas, sino de pensar demasiado y  preocuparse por la falta de motivación o de resultados, es un problema real que no tiene que ver con nosotros sino con el trabajo.

 

No es posible inspirarse

Muchos trabajos resultan aburridos o monótonos pero los trabajadores suelen ingeniárselas para que, con un poco de creatividad, la oficina sea un lugar para inspirarse y tener creatividad e iniciativa propia. Si esto parece imposible es posible que el problema no seamos nosotros sino el entorno laboral.

 

La negatividad abunda

La negatividad puede afectar a cualquiera, pero la negatividad crónica es síntoma de un problema más grave. Cuando ni siquiera las cosas que deberían ponernos contentos lo hacen, como finalizar un proyecto con éxito o el anuncio de una suba en el salario, el trabajo sacó lo peor de nosotros y nos convirtió en personas negativas. En este punto no hay mucho que hacer más que buscar nuevos horizontes.

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