A continuación, y luego de pedir disculpas a amigos y conocidos incluidos en la lista, dijo lo siguiente:
Existen dos razones principales: La primera es que la distancia entre estrategia y ejecución es inmensamente amplia para algunas empresas y ejecutivos. Y las posibilidades de que una empresa tenga éxito en cubrir esa distancia son todavía menores si hay una persona a cargo de la estrategia y otra de las operaciones.
La gente a cargo de la estrategia suele tener ideas que no siempre están basadas en la realidad de las operaciones. Y la gente de operaciones no siempre se dedica a ejecutar los planes que los de estrategia les pasan. El mejor método es concentrarse en la ejecución y ver las operaciones como estrategia: qué es lo que mejor podemos hacer y cómo lo podemos hacer mejor.
Por lo general la estrategia es un ejercicio aparentemente noble que es poco más que una distracción para la gerencia y, lo que es peor, como algunos otros objetivos sobrevaluados por la gerencia, (las adquisiciones, por ejemplo) viene con pocas probabilidades de éxito.
La segunda, razón para no tener estampada la palabra “estrategia” en el cargo de nadie, es que decir que un determinado individuo es responsable de la estrategia desalienta a muchas otras personas en la organización. Es una forma de agregar importancia o simplemente de adornar un cargo con aire de superioridad. Pero el precio que se paga por depositar la apariencia de jerarquía es la falsa idea de que trazar la estrategia es más importante que ponerla en práctica. Y eso, casi siempre, está equivocado.
Emtonces, ¿cuál es la alternativa a tener un cargo con la palabra “estrategia”? Delegar en personas que no tienen esa palabra en sus cargos la responsabiidad de pensar estratégicamente sobre lo que están ejecutando para la empresa. Los mejores components de la estrategia incluyen una perspectiva de largo plazo y entender cómo los diferentes procesos se funden en uno solo. Permitirles hacer análisis de datos e investigación de apoyo para gerentes operacionales es una forma de permitirles pensar estratégicamente. Y de hacerlos responsables a largo plazo.
¿Qué más se puede hacer? Pensar mucho en alternativas para “estrategia” en los cargos, tal vez concentrándose en roles específicos. Y a veces habría que usar simplemente la palabra “senior” cuando eso es lo que se quiere remarcar