“Desde el punto de vista externo, el principal desafío fue el de estar a la altura y competentes para acompañar a nuestros clientes en este nuevo contexto y ello significó estar tecnológicamente preparados para trabajar de forma remota y a la vez tener un offering de servicios adecuado para resolver los problemas que desafiaron a los clientes con la nueva realidad”, explica Norberto Montero, socio líder de Consultoría de PwC.
El contexto de toda la actividad reciente en consultoría, estuvo signado por escasas certezas y mucha volatilidad, movió estructuras y exigió un poder de adaptación sin parangón.
“Argentina tiene un contexto de incertidumbre casi permanente y esta situación precede a la pandemia –explica el ejecutivo–. Creo que la nueva realidad aceleró los procesos de transformación, o al menos los puso como prioritarios en las agendas de los ejecutivos, y ello requiere agilidad, versatilidad y un ida y vuelta constante con los clientes”.
“En nuestro caso, ya veníamos trabajando en una oferta de servicios muy pensada para la transformación que nos permitiera acompañar a los clientes de punta a punta, lo que implica repensar la estrategia de negocios hasta su implementación. Este factor fue clave en esta nueva realidad en la que fuimos y somos socios estratégicos de nuestros clientes en los programas de transformación”.
Asesorar en el cambio cultural
Las nuevas condiciones y tendencias, por supuesto, imponen demandas disímiles de parte de los clientes, aunque la transformación digital –y el cambio cultural que implica– es la gran estrella. También, los clientes demandan nuevos modelos de negocios adaptados a la nueva realidad, eficiencia y reducción de costos, soporte en lo relativo al manejo de los recursos humanos, mayor concientización sobre temas de ciberseguridad, transformación de negocios (compra y venta de activos, reestructuraciones, financiamiento, asesoramiento financiero), entre otros, tal como detalla Montero.
Este cambio cultural, que no solo viene aparejado con la transformación digital sino también con la reconfiguración de vínculos y procesos propios de la época, es un desafío no menor para las organizaciones. En este sentido, Norberto Montero considera que las empresas aún no están totalmente preparadas, ya que “estamos experimentando un cambio profundo en la forma de trabajar y nos encontramos todos en un proceso de aprendizaje dinámico. Hay que pensar en modelos híbridos de trabajo (mix de presencialidad y virtualidad) y en un liderazgo mucho más emocional. La cercanía con la gente y recrear el sentido de pertenencia son importantes desafíos en un mundo laboral mucho más virtual –indica el ejecutivo–. Eso hace además que la retención de talentos sea un aspecto clave en un mercado que, crecientemente, demanda perles más tecnológicos, por lo que es necesario poner el foco y trabajar mucho en todos estos aspectos en los que nos desafía la nueva realidad”.
(Publicado originalmente en la edición impresa de Mercado)