La “moda rápida” (fast fashion) está en todas partes. Las marcas más grandes vienen fabricando enormes cantidades de ropa a bajo precio, para cambiar la línea de productos con mucha frecuencia. Así la gente compraba muchas prendas baratas, las desechaba al poco tiempo y compraba más.
Pero el costo de la moda barata es más alto de lo que muchos creen y el daño al platena también: toneladas de textiles a la basura y toneladas de agua consumidas. Hasta ahora, las voces ambientales solían caer en el vacío, pero eso poco a poco comienza a cambiar. Las marcas ahora advierten la conveniencia de prestar atención a los reclamos que les piden cambios. El problema es cómo lo logran, porque muchos modelos de negocios dependen de costos bajos y volúmenes altos-
Un área que está comenzando a ganar adeptos es ayudar a los consumidores a comprar cosas que van a conservar durante largo tiempo con la prueba online. Las tiendas minoristas están hartas de recibir devoluciones de ropa que no andan o no quedan bien o simplemente no gustan.
Pero si es posible mostrar cómo quedaría la prenda sobre la persona que compra antes de que la compre es muy posible que la tasa de devoluciones descineda. Las experiencias de moda digital están aumentando el valor de la compra online.