<p>Gates fue un motor en la revolución de la PC. Contribuyó a gestar un negocio mundial e innovaciones como Windows y Office, usadas día a día en oficinas, fábricas, hogares y medios de transporte alrededor del planeta. Este hombre que fracasó en Harvard llegó a ser el más rico del mundo (más de US$ 100.000 billones al terminar el siglo XX), aunque su fortuna sea hoy la mitad por el retroceso bursátil de Microsoft y las continuas transferencias a la fundación filantrópica Melanie & Bill Gates.</p><p>. Pese a los éxitos, la compañía fundada en 1975 tiene ahora que buscar otro lugar al sol. En tecnología, el centro de gravedad se ha desplazado de la PC a internet, lo cual altera reglas de concurrencia y competencia magistralmente manejadas por Microsoft. Hasta que apareció Google. Simplemente, porque la web asume primer plano y varias funciones de la PC pasan a celulares y otros dispositivos móviles.</p><p>Si bien Gates pasará en la firma un día a la semana, toca a su sucesor, Steven Ballmer, afrontar los desafíos de Internet y evitar que erosionen activos e influencia. “El legado es Windows y Office, una mina de oro que durará años. Pero no es todo el futuro ni mucho menos”, sostiene David Yoffie (escuela de negocios, Harvard).</p><p>No obstante, es una herencia fenomenal. Aparte del software de por sí, Gates ha moldeado la actitud de la gente que compite en sectores donde la tecnología desempeña un papel decisivo. En este momento, hay más de mil millones de réplicas de Windows corriendo en las PC del globo.</p><p>En Windows, Gates captó y desplegó dos conceptos interrelacionados en una escala jamás intentada antes: el efecto en red y el valor de la plataforma tecnológica. Para decirlo sencillamente, efecto es un fenómeno por el cual el valor de algo sube cuanto más gente lo usa. El correo electrónico es un ejemplo clásico. Una plataforma tecnológica es un conjunto de herramientas o servicios que otros pueden emplear para desarrollar aplicaciones específicas.</p><p>Actualmente, existen millares de aplicaciones de software que corren en plataformas Windows. No sólo procesando textos o páginas web, sino también programas especializados para oficinas, plantas o cadenas minoristas.</p><p>Para el experto Michele Cusumano, ese tipo de red hizo la diferencia entre Microsoft y Apple, la pionera en PC. Apple se centró en productos de alta calidad, mientras su rival creaba “ecosistemas expansivos” reclutando desarrolladores externos dependientes. Por consiguiente, más de 90% de PC corren software Microsoft.</p><p>Sin embargo, la compañía se retrasa en la competencia desencadenada por internet. Su parte en las búsquedas nortemericanas no llega a 10%, contra más de 60% para Google y 23% para Yahoo. Pero estos motores son apenas un aspecto de nuevas plataformas, que abarcan redes sociales estilo Facebook o MySpace y alternativas al software tradicional de PC.</p><p>En este contexto, sacar del mercado un éxito como Windows XP para imponer Vista parece un error de marketing que subraya el desencuentro entre Gates, Ballmer y la realidad. Desde el martes 1º, en efecto, la compañía deja de vender el XP en aras del Vista, un sistema muy resistido. Por ejemplo, Intel –el mayor fabricante mundial de semiconductores- toma distancia de la innovación, pese a su vieja alianza con Microsoft.</p><p>Según comunicó a medios especializados, Intel “sólo ensayará Windows Vista en algunas áreas”. En realidad, sacar de mercado totalmente a XP llevará hasta fines de 2010 y, como sospechan en Silicon Valley, postergará hasta entonces el retiro de Gates: hará falta un peso pesado para defender Vista.</p><p> </p>
<p>Pero ¿hasta qué punto se marcha XP? En teoría, Microsoft retira el sistema en escala mayorista y no renueva existencias orientadas al comercio minorista. Por ejemplo, quienes reproducen XP tienen hasta enero para cambiar a Vista. Después, habrá hasta mediados de 2010 para sustituir dos sistemas marginales, Starter y Home, para NetBooks y NetTops.</p>
<p>La mecánica adoptada para desactivar XP es habitual en la empresa, pero refleja un estado de cosas. Así, quienes adopten las versiones más caras de Vista (Ultimate, Business) podrán mantener XP sin perder derechos al nuevo sistema. Pero, claro, puede haber sorpresas: con millones de XP instalados en el globo, los piratas verán facilitada la apertura remota a programas. Esto explica que Microsoft acabe de hacer una aclaración: el soporte XP proseguirá hasta abril de 2014. Por otra parte, como todos saben, todavía funcionan en el planeta muchísimas máquinas equipadas con Windows 95 y 98. Quizá Gates o Ballmer deban replantearse estrategias de mercado.</p>
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