<p>Son conocidos los desafíos de conducir una empresa a través de tiempos difíciles. Una mesa redonda organizada por la Universidad de Wharton en Pensilvania con el Foro Económico Mundial de Liderazgo concluyó que los empleados – paralizados por el miedo al fracaso –están mostrando cierta reticencia a aceptar un cargo de gran responsabilidad y prefieren mantenerse en un terreno más seguro aunque sea peor remunerado.</p>
<p>La mayoría de los expertos participantes coinciden en que este temor generalizado a enfrentar cargos de poder dentro de una empresa en riesgo por la crisis, se subsanaría contando con varios directivos en todos los niveles y poniendo cuotas de responsabilidad en las espaldas de todos los colaboradores por igual.</p>
<p>Muchos se preguntan si para buscar las respuestas a las crisis, no nos centramos demasiado en los líderes. ¿Debemos responder de manera diferente?</p>
<p>Krishnaswamy Ramya, consultora especializada en el impacto social de la crisis, opina que actualmente la empresa deposita toda la responsabilidad en la persona que ejecuta un plan único. “Creo que la idea de un líder como alguien que está en la cima es algo que nos impide avanzar. En general estamos en un mundo en el que el papel de un directivo no debe basarse en ser capaz de llevar de manera activa un proyecto único que genere expansión, sino en permitir que sus equipos funcionen de manera coordinada y con responsabilidad compartida”.</p>
<p>Según el experto Mats Björkman, los líderes de hoy tienen problemas muy diferentes que los de antes. Todos están interconectados, todos ellos están relacionados entre sí por la crisis. Un buen directivo tiene una caja de herramientas muy grande con un montón de buenos instrumentos, que él o ella puede utilizar, en función de las circunstancias.</p>
<p>Cuando la crisis golpea, los líderes deciden escoger de su caja de herramientas estrategias y se guían por los valores que tienen. La crisis financiera es un ejemplo donde se ve que las empresas intentaron una y otra vez sacar el mayor provecho de la situación mientras la crisis avanzaba, pero apostando a su beneficio propio.</p>
<p>Esto se debe, según Carl Vadapalli Sandilya, gerente de proyectos e iniciativas ambientales, a que ésa es la manera normal de hacer negocios – ser inteligente, moverse rápidamente y con fines de lucro cada vez que se presenta la oportunidad-. Sin embargo, si el sistema de valores aplicado se hubiese centrado en esta etapa crítica en consolidar fuerzas para superar el momento, el resultado mundial habría sido hoy distinto. </p>
Más tranquilo es ser subordinado que jefe
Si bien históricamente todo empleado ha vivido su vida ambicionando llegar a jefe, la crisis (al menos en Estados Unidos) ha generado un fenómeno curioso. Los trabajadores prefieren la estabilidad de que garantiza un empleo subordinado a cargar con la responsabilidad evitar el fracaso de la empresa.