Más secreta que la elección del Papa

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McKinsey se prepara para elegir su próximo o próxima líder.

Es la consultora internacional más conocida, seguramente la de mayor renombre. Enfrenta un momento complicado. Primero, debe seleccionar un nuevo líder para que la dirija los próximos años. Segundo, y no previsto, por dificultades que afectan su prestigio en Sudáfrica.

El “Concilio”, con los principales dirigentes de cada país de la red, se reunió por primera vez en Londres al promediar octubre. Fue el primer paso: los procedimientos, rodeados del mayor secreto y discreción, se extenderán hasta el próximo mes de marzo.

McKinsey tiene presencia en 60 países, y cuenta con 20.000 empleados con excelente nivel de formación en casi todas las especialidades. En esta primera etapa, cada uno de los 550 socios mundiales de la firma selecciona siete candidatos a reemplazar al director general global, Dominic Barton que lleva ocho años en la cumbre. Tras tres términos que se cumplirán el próximo junio, no puede ser reelecto según las normas de la compañía. Es cierto que las nominaciones de cada país se harán efectivas recién en enero, pero el encuentro londinense fue un buen escenario para varios candidatos que tienen chance de ser postulados.

Los velados trascendidos indican que hay cuatro candidatos con posibilidades de llegar a la segunda ronda de votaciones. Ellos serían Gary Pinkus, director de América del Norte; Kevin Sneader, a cargo del área Asia-Pacífico; Vivian Hunt, gerente general de la firma en Gran Bretaña e Irlanda, y fianlmente, Bob Sternfels, a cargo actualmente de las funciones globales. Si fuera electa Hunt, sería la primera vez que una mujer llegaría a tan importante posición.

Además de la sucesión, el otro gran tema en debate fue si la consultora debía continuar diversificando su actividad hacia nuevos y lucrativos campos de actividad, como todo lo relacionado con Digital y Analytics.

 

Una de las investigaciones recientes de la consultora especializada en temas gerenciales explica por qué la próxima líder debería ser una mujer.

De todos los candidatos que se mencionan solo uno, Hunt, es una mujer. También es la única persona de color. En realidad va a ser difícil que los votantes no se inclinen por ella si de verdad quieren hacer honor a su propia prédica de diversidad e igualdad de género.

Un informe de 2015 titulado “Por qué importa la diversidad” firmado entre otros por la misma Vivian Hunt, revela que “las compañías que se encuentran en el cuartil más alto de diversidad racial y étnica tienen 35% más probabilidades de obtener retornos financieros superiores a su respectiva media nacionalsuperiores a su respectiva media nacional”.

La investigación, que midió el desempeño de 300 empresas en Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña y América latina en todos los sectores, también descubrió que la ausencia de diversidad tiene un castigo: no solo esas empresas no lideran su segmento sino que su desempeño se rezaga frente al resto.

Hunt presentó los resultados de su investigación durante un seminario en Suecia en 2015 explicando que son estadísticamente significativos en todos los mercados del mundo, en todos los sectores y en todos los subsegmentos que pudieron encontrar.

En otro estudio dado a conocer hace pocos meses y realizado juntamente con LeanIn.org, McKinsey descubrió que las mujeres siguen teniendo muy escasa representación en las capas más altas de la administración. Los datos de 222 compañías que representan a 12 millones de empleados mostraron que sólo una de cada cinco líderes es mujer y menos de una en 30 es una mujer de color.

 

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