Los super-equipos, ¿funcionan?

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Los equipos conformados sólo por los mejores y más poderosos empleados no suelen funcionar bien.  La productividad baja y los conflictos aumentan

Si le preguntan a cualquier gerente cómo quiere que esté conformado su equipo seguramente la respuesta intuitiva sea “por los mejores ¡por supuesto!”. Pero aunque tener un super equipo parece una excelente idea en el papel en la práctica es algo muy diferente: los equipos conformados sólo por personas altamente capacitadas y poderosas son menos productivos que los equipos mixtos con liderazgos marcados. O al menos eso se desprende de un estudio de la Universidad de California al respecto.

 

¿Por qué?

El análisis observó cómo personas con autoridad interactuaban con individuos con el mismo nivel de jerarquía. Primero, los investigadores asignaron arbitrariamente los roles de líder, trabajador y control. Los líderes tenían la autoridad de evaluar a los trabajadores y decidir cuánto dinero ganarían por una tarea específica. Después, los participantes fueron colocados en grupos de tres y encargados para diseñar un nuevo producto: los trabajadores fueron acomodados con otros trabajadores, líderes con líderes, y así sucesivamente. Basados en el análisis de un panel de jueces independientes, los equipos y líderes fueron constantemente los menos creativos. Cuando los científicos repitieron as pruebas con ejecutivos de la vida real y colocaron a los cuatro directivos más poderosos en el mismo equipo, notaron que se repetía el patrón: las personas poderosas no trabajan bien con otras. En este caso, se les pidió a los participantes elegir entre cuatro personas a quien ocuparía un hipotético puesto de management. Los equipos con las personas poderosas solo podían ponerse de acuerdo menos de la mitad de las veces, mientras que los demás concordaban un 86%.

 

Al analizar las conversaciones captadas en video, los investigadores encontraron cuál es la razón por la que las personas poderosas no pueden trabajar con otras: cuanta más influencia se tenga en el mundo real, más se trata de establecer ese papel en el equipo. Como resultado, los líderes pasaban menos tiempo resolviendo el problema en cuestión. “Grupos formados por individuos de alto poder no solo peleaban por el estatus, también se enfocaban menos en la tarea encomendada y compartían menos información entre ellos”, escribieron los autores del estudio.

 

¿Cómo son los mejores equipos, entonces?

Al parecer los mejores equipos son los que tienen liderazgos fuertes pero eficientes. Si los trabajadores confían en sus jefes y los jefes se ganan esa confianza honradamente los equipos son más productivos porque el grupo entiende que el liderazgo es un rol más y que debe ocuparlo el más capacitado para liderar.

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