<p>Específicamente de dos de sus grandes generales, Carl von Clausewitz y Helmuth von Moltke. Bungay es un conocido historiador militar y ha publicado libros sobre las batallas de Inglaterra y Alamein. <br />
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<strong>Los tres desafíos<br />
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</strong>Al estudiar la eficacia de la estrategia militar, Clausewitz, en On War, culpó a las fricciones internas por los fracasos en estrategia militar, fricciones que provocaron un desajuste entre las acciones planeadas y las acciones realizadas. Culpó, además, a la fricción interna que provocó un desajuste entre los resultados desados y los obtenidos. O sea, por la fricción interna (falta de liderazgo o comunicación deficiente, por ejemplo) la gente no hizo lo que tenía que hacer; y por la fricción externa (que puede ser desde mal tiempo hasta reacciones inesperadas del enemigo), las acciones realizadas por unidades militares no produjeron los resultados esperados. <br />
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<strong>Bungay</strong> <br />
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Adapta y refina la visión de Clausewitz. Cuando una compañía desarrolla una estrategia para triunfar, escribe, desarrolla un plan que describe las acciones que tomará la compañía para lograr los resultados deseados. <br />
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El problema es que hay baches entre esos tres elementos: planes, acciones y resultados. Debido a este desajuste de conocimiento — la diferencia entre lo que tenemos que saber y lo que en realidad sabemos — nuestros planes no conducen a los resultados buscados. Se produce un desajuste en el alineamiento entre planes y acciones cuando la gente no realiza las acciones que nosotros planeamos que realizaran. Finalmente, está el desafuste de efectos entre acciones y resultados: nuestra acciones no conducen a los resultados que habíamos proyectado.<br />
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<p><strong>Oportunismo dirigido<br />
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Para cerrar esas brechas, Bungay recurre a von Moltke, quien creó el modelo operativo básico del ejército prusiano — todavía vigente en Alemania. Bungay adapta los principios de von Moltke y los convierte en un modelo que llama “oportunismo dirigido”. <br />
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Con ese modelo, los planes creados en los niveles más alt5os de las compañías no son estrategias detalladas con objetivos múltiples basados en conocimiento. Lo que hacen es definir y comunicar una clara pero más general intención u objetivo para la compañía.<br />
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La comunicación es clave porque es en cada uno de los niveles debajo de la intención que se traduce en acciones específicas. O sea,cada nivel recibe un mensaje del siguiente nivel superior que explica lo que sebe lograr y por qué (la intención), pero es la gente en ese nivel la que decide què acciones tomar. Así, ellos deciden cómo alinear sus acciones a la intención estratégica. Finalmente, al implementar las acciones, los individuos tienen la libertad de ajustar sus acciones para adaptar5las a las diferentes circunstancias, aunque siempre guiados por la intención general de la estrategia. Como resultado, las acciones tienen una mayor posibilidad de conducir a los resultados buscados. <br />
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Los principios detrás del oportunismo dirigido son claros. Debería haber menos control desde la cumbre y más flexibilidad permitida para que surja la iniciativa y el ajuste en los niveles más bajos. Sin embargo, también debe haber metas o resultados claramente definidos y comunicados desde los niveles superiores para que las iniciativas en niveles bajos no saquen a la compañía del camino de la estrategia.<br />
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El oportunismo dirigido está ejemplificado en un ensajo escrito por el príncipe Friedrich Karl de Prusia, comandante del ejército prusiano. El oportunismo dirigido está ejemplificado en un ensajo escrito por el príncipe Friedrich Karl de Prusia, comandante del ejército prusiano. Un oficial de cuerpo obedece una orden sin cuestionarla. Un general de alto rango le señala cuál es su tarea, "El rey lo nombró oficial de cuerpo porque usted sabe cuándo no obedecer." Esta es la lección clave que los líderes en cualquier nivel de una organización pueden extraer del libro de Bungay.<br />
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