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Una de las tendencias más desconcertantes de los últimos treinta años en Inglaterra y Estados Unidos es el gran aumento de la porción del ingreso nacional destinada los más ricos. La High Pay Commission (comisión de sueldos altos), un organismo no gubernamental de Gran Bretaña, señala en un informe publicado la semana pasada, que la porción del ingreso nacional británico que beneficia a 0,1% de los asalariados ha pasado de 1,3% a 6,5% desde 1979. La comisión tiene un plan de 12 puntos para cambiar eso. <br />
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Lo que desconcierta, dicen tres periodistas ingleses – Edward Habas, Agnes T. Crane y Richard Beales — son dos cosas. Primero, qué provocó el cambio. Las empresas tal vez sean más grandes, pero los jefes hacen más o menos lo que hicieron siempre, sólo que se les está pagando mucho más por hacerlo. En BP, una de las pocas grandes empresas británicas con claros registros que llegan a 1979, el número uno recibía en ese año16 veces el sueldo de un obrero promedio. El año pasado, la relación jefe-peón era de 63. <br />
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Segundo, por qué se vio tan poca indignación del público ante semejante exageración. El prólogo del informe dice que “al público se le está acabando la paciencia” pero en realidad esta tendencia se mantiene desde hace muchos años, no se detuvo con la recesión y no ha disparado un movimiento de protesta masiva. Hay expresiones retóricas de indignación por parte de políticos, pero en general, tanto los británicos como los estadounidenses, parecen ser complacientes con el triunfo de la élite. <br />
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Si bien es un misterio el por qué de tanto sueldo, el cómo no es nada misterioso. Año a año, los directores aprueben aumentos de sueldos superiores a la expectativa de inflación. La comisión británica propone detener esa rueda en la remuneración: más transparencia, más participación de los accionistas y empleados y menos conflictos de interés. <br />
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Pero los ricos, un grupo que aglutina a la mayoría de los miembros de directorios y representantes de accionistas, saben muy bien cómo cuidarse. Las nuevas leyes pueden ser aludidas o neutralizadas con facilidad. Una tendencia tan bien instalada como ésta, dicen los autores del ensayo, sólo puede ser detenida por una nueva actitud social. Cuando la rebaja de sueldos se convierta en un tema capaz de definir elecciones, las cosas cambiarán. Hasta entonces es poco probable que se logre mucho progreso.</p>
Los ejecutivos siguen ganando por encima de lo que hacen
Las empresas habrán crecido, dice un ensayo reciente, pero los jefes siguen haciendo más o menos lo que hicieron siempre. ¿Por qué, entonces, sus sueldos y beneficios han crecido en forma tan monumental? La tendencia no cambiará hasta que no haya una genuina condena social.