viernes, 27 de diciembre de 2024

Los ejecutivos siguen ganando por encima de lo que hacen

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Las empresas habrán crecido, dice un ensayo reciente, pero los jefes siguen haciendo más o menos lo que hicieron siempre. ¿Por qué, entonces, sus sueldos y beneficios han crecido en forma tan monumental? La tendencia no cambiará hasta que no haya una genuina condena social.

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Una de las tendencias m&aacute;s desconcertantes de los &uacute;ltimos treinta a&ntilde;os en Inglaterra y Estados Unidos es el gran aumento de la porci&oacute;n del ingreso nacional destinada los m&aacute;s ricos. La High Pay Commission (comisi&oacute;n de sueldos altos), un organismo no gubernamental de Gran Breta&ntilde;a, se&ntilde;ala en un informe publicado la semana pasada, que la porci&oacute;n del ingreso nacional brit&aacute;nico que beneficia a 0,1% de los asalariados ha pasado de 1,3% a 6,5% desde 1979. La comisi&oacute;n tiene un plan de 12 puntos para cambiar eso. <br />
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Lo que desconcierta, dicen tres periodistas ingleses &ndash; Edward Habas, Agnes T. Crane y Richard Beales — son dos cosas. Primero, qu&eacute; provoc&oacute; el cambio. Las empresas tal vez sean m&aacute;s grandes, pero los jefes hacen m&aacute;s o menos lo que hicieron siempre, s&oacute;lo que se les est&aacute; pagando mucho m&aacute;s por hacerlo. En BP, una de las pocas grandes empresas brit&aacute;nicas con claros registros que llegan a 1979, el n&uacute;mero uno recib&iacute;a en ese a&ntilde;o16 veces el sueldo de un obrero promedio. El a&ntilde;o pasado, la relaci&oacute;n jefe-pe&oacute;n era de 63. <br />
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Segundo, por qu&eacute; se vio tan poca indignaci&oacute;n del p&uacute;blico ante semejante exageraci&oacute;n. El pr&oacute;logo del informe dice que &ldquo;al p&uacute;blico se le est&aacute; acabando la paciencia&rdquo; pero en realidad esta tendencia se mantiene desde hace muchos a&ntilde;os, no se detuvo con la recesi&oacute;n y no ha disparado un movimiento de protesta masiva. Hay expresiones ret&oacute;ricas de indignaci&oacute;n por parte de pol&iacute;ticos, pero en general, tanto los brit&aacute;nicos como los estadounidenses, parecen ser complacientes con el triunfo de la &eacute;lite. <br />
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Si bien es un misterio el por qu&eacute; de tanto sueldo, el c&oacute;mo no es nada misterioso. A&ntilde;o a a&ntilde;o, los directores aprueben aumentos de sueldos superiores a la expectativa de inflaci&oacute;n. La comisi&oacute;n brit&aacute;nica propone detener esa rueda en la remuneraci&oacute;n: m&aacute;s transparencia, m&aacute;s participaci&oacute;n de los accionistas y empleados y menos conflictos de inter&eacute;s. <br />
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Pero los ricos, un grupo que aglutina a la mayor&iacute;a de los miembros de directorios y representantes de accionistas, saben muy bien c&oacute;mo cuidarse. Las nuevas leyes pueden ser aludidas o neutralizadas con facilidad. Una tendencia tan bien instalada como &eacute;sta, dicen los autores del ensayo, s&oacute;lo puede ser detenida por una nueva actitud social. Cuando la rebaja de sueldos se convierta en un tema capaz de definir elecciones, las cosas cambiar&aacute;n. Hasta entonces es poco probable que se logre mucho progreso.</p>

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