Los beneficios de los equipos eficaces son claros: avanzan con sus tareas mucho más rápido y permiten que la empresa resista tiempos difíciles de una forma más eficiente. La pregunta es ¿cómo conformar un equipo de trabajo altamente eficaz?, ¿cuáles son las reglas para trabajar en equipo? Cinco consejos a tener en cuenta.
Liderazgo efectivo. Los equipos de trabajo sobresalientes tienen una clara dirección de su líder, por ello, resulta primordial encontrar a aquella persona que sea capaz de sacar lo mejor de cada individuo y del equipo en su conjunto, y que logre poner un ambiente amigable y motivante para que las ideas fluyan. Un buen líder mide su éxito en función del éxito de los que dirige. Ser líder, o jefe, no es enfocarse en los objetivos o las ganancias sino en sacar lo mejor en los demás. Un estudio de la consultora DDI demostró que 98% de los empleados que tenían buenos líderes se sentían motivados a dar lo mejor de sí mientras que tan sólo 11% con jefes y líderes ineficientes se sentía así. Esto quiere decir que el buen desempeño de un grupo depende en gran medida de la calidad del liderazgo.
Estructura y límites.Es importante fijar el tamaño y los límites del equipo, establecer sus procedimientos y especificar las normas de conducta que se seguirán. En una Pyme el equipo podría estar conformado por cuatro a seis miembros, ya que en un grupo compacto la comunicación entre sus integrantes fluye fácilmente y se puede aprovechar en mayor medida el potencial de cada uno. Los equipos funcionales tienen estructuras bien definidas porque eso permite mejor organización y cohesión grupal lo que a su vez evita problemas. Y las estructuras también proponen límites: qué puede y qué no puede decir o hacer cada uno. Esto permite dar a los grupos autonomía y responsabilidad.
Definición de objetivos y roles.
Es básico identificar claramente las necesidades y los roles a cubrir, así como los objetivos que se esperan de cada uno de estos papeles. Los objetivos deben ser reales y no demasiado ambiciosos, ya que si se incumplen se estaría frustrando el espíritu del equipo. Cuando se plantean pequeños desafíos, que pueden ir subiendo en dificultad a medida que el grupo se afianza, se pone a prueba el equipo y el rol del líder es ver lo mejor y lo peor del grupo para mejorar lo bueno y eliminar lo malo. Los roles tienen que intentar distribuirse de la manera más equitativa posible para que cada uno ocupe un rol en que se sienta cómodo y a la vez que tenga pericia y sea eficiente.
Selección de integrantes.
Para seleccionar a las personas con las aptitudes más adecuadas para conformar el equipo, se deben identificar primero cuáles son las competencias requeridas para desempeñar satisfactoriamente los roles que se definieron. Ten en cuenta que cada persona tiene talentos y habilidades que, si son bien canalizados, potenciarán el trabajo del grupo. A la hora de integrar nuestro equipo hay que elegir, en la medida de lo posible, a los miembros que sean diferentes entre sí, pero que haya compatibilidad.
Establecer una visión común y generar compromisos.
Un equipo que comparte una visión, se enfoca y genera confianza, sabe hacia dónde se dirige y por qué debe llegar ahí. Por otro lado, la mayor parte de las personas comprometidas cumplen lo acordado y se esfuerzan por lograrlo, no es así con las personas presionadas, éstas actúan con miedo al fracaso. Resulta muy provechoso que una vez que el equipo se ponga en marcha, se organicen reuniones periódicas para conocer avances y experiencias de cada uno de los integrantes, éstas, además de evaluar la eficacia del grupo, ayudarán a detectar posibles “focos rojos”. También resulta muy útil implementar sesiones de “lluvia de ideas”, éstas no sólo sirven para que el equipo se integre mejor y se potencie, sino que de ahí pueden surgir muy buenos planes de negocios.