Vivimos en un momento de la historia donde el acceso a la información está al alcance de la mano y con sólo hacer una búsqueda en Google obtenemos lo que buscamos. Sin embargo, para las empresas este tipo de tecnología aporta poco o nada, si se tiene en cuenta que el conocimiento más valioso está en la gente que integra sus equipos y en la diversidad de puntos de vista sobre un mismo tema.
Frente a este desafío, en los últimos años vimos que marcos de trabajo como Lean Start-Up, Design Thinking, Agile y Scrum, entre otros, se convirtieron en cajas de herramientas que facilitan las conversaciones necesarias para que se produzcan resultados concretos y creativos.
En el artículo “Culture & Methods – the State of Practice in 2019”, publicado en InfoQ –un sitio difunde temas sobre desarrollo de software– se incorpora una nueva técnica en la lista de los innovadores: las Liberating Structures, ( o estructuras liberadoras) un conjunto de procesos y métodos que facilitan y agilizan la liberación de la energía de los grupos de personas, y aprovecha su inteligencia colectiva.
Henri Lipmanowicz y Keith McCandless, autores del libro “The Surprising Power of Liberating Structures”, del año 2014, plantean un total de 33 estructuras. Con los años y luego de un proceso que incluye ciclos de experimentación y feedback de la comunidad se incorporaron oficialmente otras seis y actualmente hay más en desarrollo.
Las Liberating Structures se utilizan principalmente para facilitar espacios de conversaciones participativas y obtener resultados consensuados en poco tiempo.
El beneficio más claro es que reemplazan las estructuras tradicionales incapaces de cumplir con este objetivo. Por ejemplo, durante la sesión de una entidad financiera internacional donde participaban unas 300 personas, se logró consensuar acciones para resolver problemas.
Cualquier organización puede utilizar esta técnica para ordenar la participación de todos los involucrados y lograr resultados en poco tiempo. Así podrá superar el desafío que hasta ahora ninguna máquina, algoritmo o inteligencia artificial pudo lograr: hacer participar a todos los involucrados, conocer sus opiniones, llegar a un consenso común y resolver problemas concretos.
(*) Agile Coach de Baufest