Estos números no solo dan cuenta del fenómeno del “envejecimiento” de la población mundial, sino que también ponen en agenda la realidad del aumento de la expectativa de vida, lo que configura una cuestión todavía más compleja determinada no solo por una baja en la tasa de natalidad sino también por una suba del tiempo en que las personas siguen en plenitud física y cognitiva para trabajar y disfrutar, gracias a los avances de la medicina.
“Las marcas están experimentando desde hace un tiempo el desafío de pensar estrategias específicas para este grupo social”, advierte Santiago De Agostini, representante en la Argentina de Wearever, firma global de ropa interior para la incontinencia urinaria, un fenómeno que crece tanto en la Argentina como a nivel mundial y que se constituye muchas veces en un obstáculo para que personas en su plenitud física disfruten de actividades recreativas y deportivas.
Mariela Mociulsky, actual CEO y fundadora de Trendsity, afirma que “existen muchas marcas que empiezan a segmentar por comportamiento y no por edad, justamente porque entendieron que estos estereotipos ya no son útiles”.
Estas observaciones conectan con una tendencia que ya tiene un nombre: se le llama “Economía senior” al mercado enfocado en los adultos mayores, un sector que crecerá en los próximos años y que ya representa un volumen sólo superado por los PBI de Estados Unidos y China.
Según De Agostini, las propuestas de valor que apuntan a la tercera edad no solo responden a una situación presente sino que deben ser contempladas a la luz de la perspectiva de que, por ejemplo, dentro de menos de una década, en 2030, los primeros millennials cumplirán 50 años. “Son la generación que más intensamente ha convivido con los cambios tecnológicos, supieron adaptarse y ahora son puntales de la era digital”, explica.
Wearever es una marca mundial, radicada en Estados Unidos, cuya estructura comercial se basa en la expansión a nivel local a través de distribuidoras de insumos de salud.
“Con nuestros productos es como si la persona estuviera usando ropa interior tradicional, cómoda, con diseños modernos y de excelente calidad. La propuesta es aportar el confort para que puedan continuar realizando las actividades que deseen sin temer por las pérdidas urinarias que puedan tener. La idea general es que ninguna eventualidad le impida vivir la vida como le gusta”, describe De Agostini.
Home Concierge, (HC) la primera empresa de servicios personalizados de la Argentina, tiene una visión que también parte de una deconstrucción del concepto de `tercera edad` o de los llamados ´adultos mayores´.
La compañía brinda una gama completa de servicios no médicos para personas mayores, o con alguna discapacidad y también a profesionales adultos, incluso jóvenes sin impedimentos físicos de ningún tipo pero que, para optimizar su tiempo y concentrarse en sus objetivos laborales exclusivamente, necesitan servicios de lo que se llama “concierge”.
Entre ellos, podemos citar el pago de impuestos y servicios; trámites bancarios; trámites en obras sociales y prepagas; solicitar turnos médicos, asistencia con celulares e internet, hasta asistencia en mudanzas.
“Nos proponemos mucho más que asistir a personas mayores para que no dependan de familiares cuando se trata de resolver cuestiones cotidianas pero a veces engorrosas. Aspiramos, además, a colaborar para que la gente mayor disponga de más tiempo para reencontrarse con antiguas pasiones o sueños incumplidos, siendo además aliados de ellos en ese fin”, señala Alejandro Amestoy, cofundador, junto a Diego Naveiro, de Home Concierge
En la Argentina hay 7 millones de personas con más de 60 años, donde un 57% son mujeres y un 43%, varones, según datos del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Mociulsky advierte sobre el efecto contradictorio que tuvo la pandemia sobre este grupo etario: “Por un lado las cuarentenas los conectó de manera inédita con la tecnología, pero por el otro debieron filtrar discursos que le dijeron ´sos vulnerable, sos población de riesgo´ cuando ellos ya habían iniciado desde hacía tiempo un camino en el que sentirse con la fuerza y la vitalidad de estar preparados para múltiples actividades”.
Para 2050, habrá 62 países que tendrán una pirámide demográfica como la que hoy tiene Japón, con un 30% de la población por encima de los 60 años. Argentina es uno de esos países, según la OMS.