domingo, 22 de diciembre de 2024

Las lecciones de un año con Home Office masivo

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El 91% de los trabajadores no recibió ninguna ayuda por parte de sus empleadores para el pago de Internet, luz o algún otro servicio

El 58% aseguró que su empresa continuará haciendo home office. El 50% aceptaría trabajar con un modelo híbrido (parte en casa-parte en la oficina).

El 31% perdió el beneficio del almuerzo. Para un 56% su situación económica empeoró desde que se desató la pandemia.

El 19 de marzo de 2020 comenzó el ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) con motivo de la llegada de la pandemia, generada por el Covid-19, al país. Esa situación generó que alrededor de 3 millones de trabajadores argentinos abandonaran sus oficinas, sus escritorios y espacios, las reuniones en equipo, el encuentro en la cocina, el after office y comenzaran a trabajar virtualmente desde sus hogares.

Hoy, a casi un año del Home Office masivo (porque la modalidad no es nueva), Adecco Argentina realizó un estudio con más de 3.700 trabajadores para conocer cómo se adaptaron, qué ayuda recibieron por parte de sus empleadores y qué esperan de este nuevo formato laboral que, por lo que parece, llegó para quedarse.

En dicho trabajo sobresale que un 91% de los consultados aseguró no haber recibido ninguna ayuda por parte de su empleador para el pago de Internet, luz o algún otro servicio. Sin embargo, y pese a ello, la mitad estaría muy contenta de poder trabajar bajo el modelo híbrido de algunos días en la oficina y otros en casa.

 ¿El Home Office dejó de ser un beneficio? ¿Se mantendrá en 2021?

Casi el 57% de los consultados, pese al año que llevan trabajando desde casa, lo continúan considerando como un beneficio, en tanto que un 32% considera que ya dejó de serlo, dado que es su forma de trabajar.

Un 58% de los consultados aseguraron que en las compañías donde trabajan continuará la modalidad del Home Office durante 2021, un 17% remarcó que vuelven a la oficina, en tanto que el 25% explicó que todavía no hay una decisión tomada al respecto.

En los primeros meses de la cuarentena, una de las mayores complicaciones de la nueva modalidad era el trabajo excesivo y la imposibilidad (en muchos casos) de poder cortar con la rutina laboral. El 42% trabajaba más horas que cuando concurría a la oficina. Luego de casi un año, esta tendencia se revirtió ya que en la actualidad un 51% aseguró haberse acostumbrado y acomodó sus tiempos para no trabajar más que cuando estaba en la oficina. Sin embargo, las jornadas laborales más largas que en la “normalidad” se mantienen para casi un 38% de los que participaron en la encuesta.

Con respecto al trabajo en casa con los chicos, un 19% admitió que al principio fue difícil pero que con el paso del tiempo todos se fueron adaptando y terminó funcionando. Un 13% consideró que, más allá de todo, afecta la productividad laboral de las personas; mientras que para otro 10% de los consultados no afecta en absoluto. Frente a esta consulta, el resto de las personas prefirió no contestar.

 La situación económica de los trabajadores

 Un 56% manifestó que su situación económica empeoró desde que llegó la pandemia, mientras que para un 33% de los argentinos se mantiene igual. En tanto que para un 10% es mejor que antes de la llegada del Covid-19 al país.

El hogar se transformó en la oficina, ¿qué pasa con el equipamiento y cómo participaron los empleadores en este reordenamiento casa-oficina?

Muchos argentinos, además de readaptar su vida a la nueva modalidad, también debieron readaptar sus hogares. Un 62% manifestó que pudo hacerlo correctamente, mientras que el 38% no pudo hacerlo por diversos factores: económico, falta de espacio y otras situaciones.

En este aspecto también se puede señalar que el 72% no recibió ningún tipo de ayuda de su empleador para equipar su lugar de trabajo. Sólo un 28% tuvo la suerte de recibir sillas, escritorios, computadoras o alguna ayuda económica para adquirir equipos, muebles o suplir alguna otra necesidad.

En una misma línea, un 91% destacó no estar recibiendo ninguna ayuda económica para el pago de los servicios de Internet, luz u algún otro servicio. Solo un 9% cuenta con el respaldo económico para afrontarlos.

Al respecto, el 63% aseguró estar gastando menos dinero que cuando concurría al trabajo diariamente, un 15% indicó que gasta lo mismo, un 10% que tiene más gastos, en tanto que un porcentaje similar admitió no haber realizado ese análisis sobre su economía personal.

¿Qué beneficios esperan los empleados que hacen Home Office?

Sillas y escritorios.

Pago de Internet.

Pago de servicios.

Mayor flexibilidad de horarios.

¿Qué pasó con aquellos que recibían el almuerzo en el trabajo? Un 32% señaló que tenía ese beneficio y el empleador ya no se hace cargo del mismo, un 6% lo sigue recibiendo y un 62% no contaba con el mismo antes de la pandemia.

Con relación a la posibilidad de vacunarse, un 40% remarcó que quiere hacerlo, un 36% que tiene algunas dudas y un 24% no quiere hacerlo.

 

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