La inmensa mayoría de las personas trabajan para ganar un sueldo. Pero claramente esa no es la única motivación, así que hay que saber qué hacer cuando el negocio aún no da dinero pero hay que mantener motivado a nuestro equipo. ¿Sabes si estás ofreciendo un entorno agradable y atractivo trabajar? ¿Ofreces un entorno de trabajo al que la gente no sólo acude porque tiene que hacerlo, pero al que también le gustaría acudir?. Hay que preguntar frecuentemente a sus empleados. Y escuchar lo que dicen. Es fundamental saber cómo están. Conocer cuál es su estado. Si no, a lo mejor no sabemos por qué no rinden. Se suele pensar: “no saben motivarse”. Y a lo mejor se despide a un empleado por falta de dinero al que, a lo mejor, lo que ha ocurrido es que no se le ha sabido dirigir. ¿Pero cómo se hace sin el incentivo del vil metal?
Si las cosas van bien, haceselo saber
Házselo saber, sobre todo, para que no interpreten de forma negativa la falta de comunicación. Pero si la empresa corre algún riesgo, no conviene mantener una actitud de “aquí no pasa nada”, ni ocultar información. Los empleados tienen el derecho y la madurez para saber cómo están realmente las cosas. Esta información tiene que tener consistencia, si decimos “todo va bien” y dos semanas después cambiamos toda la información por ejemplo al informar la perdida de un cliente, perdemos toda la credibilidad y el respeto que es capital más importante de un líder.
Recompensa el esfuerzo de aquellos que son productivos
La felicitación y reconocimiento no tiene por qué venir de la mano de una subida salarial (todavía no nos lo podemos permitir), sino que hay otras fórmulas que son más o igual de eficaces. Una buena felicitación es aquella que se haga de forma inmediata y oportuna, y se realizará en el momento que se ha hecho bien el trabajo. La mejor forma es que sea sincera, y evitando frases hechas o expresiones como ´”te felicito”, que suena muy estereotipada. Hay que tener en cuenta, que la felicitación tiene más fuerza si la hacemos personalizada, ya que ayudará a reforzar su actitud. En todo caso, habrá que evitar que el alago vaya con una tarea añadida, ya que será percibida como una táctica para asumir un trabajo.
Sacarlos de la oficina
Hay que que proponer acciones que saquen al equipo fuera del trabajo. Vamos a tomarnos algo fuera, vamos a salir del entorno laboral. Tenemos que buscar estímulos que ayuden a levantar el estado de ánimo. Tiene mucho efecto la parte de la diversión. Es importante hacer cosas divertidas y hablar de la parte positiva, de lo que se está haciendo. Celebrar los éxitos que estimulen al equipo aunque el dinero no aparezca aún.
Fomentar el trabajo en equipo
Hay que dejar a un lado el individualismo y promover la cooperación y la sinergia. Es importante hacer equipo, sincronizarlo, unirlo para que la presión de fuera no dañe el espíritu colectivo. Podemos fomentar el trabajo de equipo, por ejemplo, con reuniones o pequeñas concentraciones en grupos de trabajo en los que el jefe y el equipo puedan plantear planes de acción y revisar lo que se espera de cada uno. Esto se puede hacer sin gastar apenas dinero y resulta muy aclarador y tranquilizante.