El combinado de anteojos y casco Gear VR ofrece una tecnología panorámica y tridimensional que interactúa con el movimiento de los ojos y cabeza. Será ideal para los juegos, pero ya se lo está usando para zambullir a los usuarios en conciertos de música y experiencias de viajes. Pronto, esta tecnología sin precedentes cambiará totalmente la forma en que las marcas interactúan con sus públicos, vaticina Adage.
La tecnología la provee Oculus Rift, una compañía creada en 2011. Cuando Facebook la compró en 2013 en US$ 2.000 millones, Mark Zuckerberg pintó un futuro inminente en el cual podríamos disfrutar de un partido como si estuviéramos en la cancha, estudiar como si estuviéramos en el aula o consultar con un médico aunque su consultorio esté en el hemisferio contrario. Todo eso, dijo, con sólo ponernos un par de anteojos en casa.
La realidad virtual creará oportunidades imperdibles para crear marcas a través de experiencias de inmersión en lugar de enviar mensajes que provocan interrupciones en la vida de los consumidores. La gente podrá poner Oculus y sentarse virtualmente en autos, salir de vacaciones, usar ropa deportiva, probarse cualquier tipo de ropa, explorar casas antes de comprar. Permitirá a los clientes estar tan cerca como sea posible para tocar y sentir un producto sin tener ese producto enfrente.
Las marcas podrán diferenciarse creando experiencias de inmersión. Para muchas, esas experiencias serán más influyentes que la publicidad paga. Esto no significa la muerte del corto televisivo pero sí señala un cambio notable en la dirección de los presupuestos, recursos y foco, todo lo cual se alejará de las técnicas tradicionales.
