Es así, las estaciones de radio comienzan a poner programas de video en sus páginas Web: comedias musicales, clips de noticias y acontecimientos especialmente pensados para conservar relevancia. Allí, se inician también en una estrategia que hasta hace poco les era extraña: la interactividad. La radio llega tarde a la era interactiva, pero ahora aprovecha su cara en la red para incorporar todo aquello que puede atraer publicidad, público y ganancias.
Lejos de matar a su antecesor,entonces, parecería que el negocio de la transmisión de imágenes se convierte ahora en salvador de la vapuleada radio tradicional.
Es así, las estaciones de radio comienzan a poner programas de video en sus páginas Web: comedias musicales, clips de noticias y acontecimientos especialmente pensados para conservar relevancia. Allí, se inician también en una estrategia que hasta hace poco les era extraña: la interactividad. La radio llega tarde a la era interactiva, pero ahora aprovecha su cara en la red para incorporar todo aquello que puede atraer publicidad, público y ganancias.
Lejos de matar a su antecesor,entonces, parecería que el negocio de la transmisión de imágenes se convierte ahora en salvador de la vapuleada radio tradicional.