La nueva sociedad Escuela-Empresa

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Aunque en la próxima década la mayoría de los nuevos empleos serán no calificados y de bajo sueldo, habrá demanda para quienes tengan conocimientos gerenciales.

Las empresas tienen problemas para conseguir personal capacitado. Para casi cualquier empleo hace falta saber escribir y leer bien, escuchar con atención y ser capaz de investigar. Antes de contratar a alguien, los gerentes observan también la actitud del candidato, su experiencia laboral previa y sus habilidades de comunicación; pero lo más importante es que, por lo general, los egresados de la escuela secundaria no alcanzan el nivel que buscan las empresas.

En Estados Unidos la preocupación por este problema ha llevado a empresas y colegios de todo el país a unir fuerzas para ayudar a los graduados secundarios a adquirir las habilidades que necesitan.

Tanto empresarios como educadores coinciden en que es fundamental que trabajen conjuntamente en programas de transición que combinen un trabajo remunerado con un currículum académico especial. Los educadores opinan que un trabajo de medio tiempo, más que alejarlos del estudio, puede hacer que éste cobre más sentido.

Si bien es cierto que en la próxima década la mayoría de los nuevos empleos serán no calificados y de bajo sueldo, habrá también muchos ofrecimientos para ocupaciones que exigen habilidades en alta tecnología o amplios conocimientos gerenciales. Eso requiere más que las limitadas habilidades que enseñan los programas de educación vocacional.

Los educadores buscan ahora modelos diferentes de preparación para el trabajo, como el de Alemania, por ejemplo, donde el programa académico para los estudiantes que han decidido no ir a la universidad incluye la capacitación del aprendiz simultánea con el trabajo mismo. Suiza y Dinamarca también tienen programas de estudio para preparar a los egresados de la secundaria para los trabajos de alta capacitación.

Los países que no tienen esos programas integrados deberán introducir grandes cambios para ponerse al día. Un informe oficial sobre el futuro económico de Gran Bretaña, por ejemplo, habla de la necesidad de invertir 500 millones de libras esterlinas en programas para mejorar la educación y capacitación vocacional, orientación vocacional, y transición escuela-trabajo.

La respuesta de Estados Unidos es el “School-to-work Opportunities Act”. Permite al Departamento de Educación destinar partidas de dinero para financiar el establecimiento de sociedades escuela-empresa que sigan a los estudiantes hasta dos años después de su graduación. La primera ronda de subvenciones favoreció a ocho estados y 36 distritos zonales.

El efecto de estas sociedades escuela-empresa ya se hace sentir en todo Estados Unidos. Una de las primeras comunidades en experimentar con la idea fue West Bend (Wisconsin); allí Serigragh, una empresa de trabajos gráficos y de impresión, tomó a un grupo de alumnos y, a un costo de US$ 3.600 cada uno por año, los sometió a un programa de preparación laboral. Los estudiantes trabajaban medio tiempo y recibían un sueldo, pero también estudiaban medio tiempo. Resultado: los mismos que antes habían sido estudiantes mediocres comenzaron a figurar en la lista de los más aptos.

Desde entonces, se pusieron en marcha otros programas:

* Lancaster County, Pennsylvania, ofrece a los estudiantes la oportunidad de aprender a edificar casas mientras terminan sus estudios. Si mantienen buenas notas, tienen empleo garantizado. En el programa de estudios se han incluído todos los conocimientos que los empleadores necesitan.

* En algunos casos, la sociedad escuela-empresa incluye la creación de academias especializadas en la actividad que patrocina la empresa. American Express, por ejemplo, auspicia academias en viajes y turismo y, junto con la casa de corretaje Shearson Lehman Hutton, patrocina también un programa de finanzas.

* Un cambio verdaderamente revolucionario se producirá cuando el condado de Fairfax, en Virginia, comience a pedir a todos los estudiantes de secundaria que tengan una experiencia laboral antes de graduarse.

El aspecto académico es tan importante como el trabajo de medio tiempo. Además de conceptos académicos básicos, muchos programas ofrecen cursos para planificar la carrera laboral.

Los programas enseñan a los alumnos los rudimentos necesarios para conseguir y mantener un empleo, y también explican el funcionamiento del mundo de los negocios. Por lo general, los colegios secundarios y las universidades ofrecen estos cursos como opcionales, aunque en algunos casos son una condición.

A medida que educadores y empresarios van aprendiendo qué cosas funcionan mejor en estos programas, se irán multiplicando las sociedades entre educación y trabajo.

Las empresas tienen problemas para conseguir personal capacitado. Para casi cualquier empleo hace falta saber escribir y leer bien, escuchar con atención y ser capaz de investigar. Antes de contratar a alguien, los gerentes observan también la actitud del candidato, su experiencia laboral previa y sus habilidades de comunicación; pero lo más importante es que, por lo general, los egresados de la escuela secundaria no alcanzan el nivel que buscan las empresas.

En Estados Unidos la preocupación por este problema ha llevado a empresas y colegios de todo el país a unir fuerzas para ayudar a los graduados secundarios a adquirir las habilidades que necesitan.

Tanto empresarios como educadores coinciden en que es fundamental que trabajen conjuntamente en programas de transición que combinen un trabajo remunerado con un currículum académico especial. Los educadores opinan que un trabajo de medio tiempo, más que alejarlos del estudio, puede hacer que éste cobre más sentido.

Si bien es cierto que en la próxima década la mayoría de los nuevos empleos serán no calificados y de bajo sueldo, habrá también muchos ofrecimientos para ocupaciones que exigen habilidades en alta tecnología o amplios conocimientos gerenciales. Eso requiere más que las limitadas habilidades que enseñan los programas de educación vocacional.

Los educadores buscan ahora modelos diferentes de preparación para el trabajo, como el de Alemania, por ejemplo, donde el programa académico para los estudiantes que han decidido no ir a la universidad incluye la capacitación del aprendiz simultánea con el trabajo mismo. Suiza y Dinamarca también tienen programas de estudio para preparar a los egresados de la secundaria para los trabajos de alta capacitación.

Los países que no tienen esos programas integrados deberán introducir grandes cambios para ponerse al día. Un informe oficial sobre el futuro económico de Gran Bretaña, por ejemplo, habla de la necesidad de invertir 500 millones de libras esterlinas en programas para mejorar la educación y capacitación vocacional, orientación vocacional, y transición escuela-trabajo.

La respuesta de Estados Unidos es el “School-to-work Opportunities Act”. Permite al Departamento de Educación destinar partidas de dinero para financiar el establecimiento de sociedades escuela-empresa que sigan a los estudiantes hasta dos años después de su graduación. La primera ronda de subvenciones favoreció a ocho estados y 36 distritos zonales.

El efecto de estas sociedades escuela-empresa ya se hace sentir en todo Estados Unidos. Una de las primeras comunidades en experimentar con la idea fue West Bend (Wisconsin); allí Serigragh, una empresa de trabajos gráficos y de impresión, tomó a un grupo de alumnos y, a un costo de US$ 3.600 cada uno por año, los sometió a un programa de preparación laboral. Los estudiantes trabajaban medio tiempo y recibían un sueldo, pero también estudiaban medio tiempo. Resultado: los mismos que antes habían sido estudiantes mediocres comenzaron a figurar en la lista de los más aptos.

Desde entonces, se pusieron en marcha otros programas:

* Lancaster County, Pennsylvania, ofrece a los estudiantes la oportunidad de aprender a edificar casas mientras terminan sus estudios. Si mantienen buenas notas, tienen empleo garantizado. En el programa de estudios se han incluído todos los conocimientos que los empleadores necesitan.

* En algunos casos, la sociedad escuela-empresa incluye la creación de academias especializadas en la actividad que patrocina la empresa. American Express, por ejemplo, auspicia academias en viajes y turismo y, junto con la casa de corretaje Shearson Lehman Hutton, patrocina también un programa de finanzas.

* Un cambio verdaderamente revolucionario se producirá cuando el condado de Fairfax, en Virginia, comience a pedir a todos los estudiantes de secundaria que tengan una experiencia laboral antes de graduarse.

El aspecto académico es tan importante como el trabajo de medio tiempo. Además de conceptos académicos básicos, muchos programas ofrecen cursos para planificar la carrera laboral.

Los programas enseñan a los alumnos los rudimentos necesarios para conseguir y mantener un empleo, y también explican el funcionamiento del mundo de los negocios. Por lo general, los colegios secundarios y las universidades ofrecen estos cursos como opcionales, aunque en algunos casos son una condición.

A medida que educadores y empresarios van aprendiendo qué cosas funcionan mejor en estos programas, se irán multiplicando las sociedades entre educación y trabajo.

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