<p>Esta historia me la contó sobre su jefe un gerente durante el receso de un taller que dirigí el año pasado sobre cómo ser jefe en tiempos difíciles.</p>
<p>Una secretaria en su oficina se acercó al vicepresidente y le preguntó: “¿Para cuándo los despidos?” El jefe se quedó pasmado. No tenía la menor idea de cómo había ella descubierto que había planes de hacer muchos despidos: la decisión se acababa de tomar y se habían hecho denodados esfuerzos para mantenerla en secreto. <br />
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Cuando el sorprendido vicepresidente le preguntó cómo lo sabía, la secretaria le contestó que cuando había malas noticias en la gatera, él no conseguía mantenerle la miada a la gente. Este vicepresidente era una de esas personas que tienen algún hábito o tick dque revela cuando están escondiendo algo (en este caso, una mala noticia). La frase en código entre el personal era “el jefe tiene hoy zapatos interesantes”. <br />
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La historia de los zapatos interesante refleja un tema que disgintue al mejor jefe del peor. Si usted es jefe, su éxito depende de que pueda estar en sintonía con lo que los demás piensan de usted. Los jefes que persistentemente fomentan desempeo y humanidad dedican mucha energía a leer y responder ante los sentimientos y acciones de los seguidores, y también de superiores, pares y clientes. Claro que no hay una fórmula mágica para definir a un buen jefe. Las actividades son demasiado complejas, variadas, confusas e impredecibles para ser englobadas en un solo tema, eslogan o serie de pasos.<br />
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Sin embargo, algunas habilidades son más importantes que otras. Desarrollar conciencia de la propia persona debería estar en el primer lugar de la lista. Cuando no se la tiene, se corre el riesgo de sobreestimar las propias habilidades en casi todo, desde debatir hasta entrevistar o tener sentido del humor. La concienca del propio yo ha sido reconocida por muchos estudiosos como una condición que comparten los mejores: conocen sus fortalezas, sus debilidades y temen ante los peligros que pueden debilitar su desempeño. En lo que se refiere a jefes, todos deberían darse cuenta que en algún momento pueden estar en la situación de tener “zapatos interesante”Los mejores reducen el riesgo del autoengaño tratando en todo momento de averiguar cómo los demás leen sus movimientos o acciones. Hacen preguntas y piden información aunque sepan que ésta puede no gustarles.</p>
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La historia de los zapatos interesantes
Lo que sigue es una anécdota dentro de un libro de Robert I. Sutton, titulado Good Boss, Bad Boss: How to Be the Best and Learn from the Worst. Buen jefe, mal jefe, cómo ser el mejor y aprender del peor.