La gestión empresarial en un universo VUCA

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Mientras antes se trabajaba con la previsibilidad de alternativas binarias –capitalismo versus comunismo, democracia versus autocracia, y así por el estilo-, las alternativas y las consecuencias son ahora mucho menos claras.

Una manera de analizar el planeta es considerar los niveles de VUCA existentes. VUCA es un acrónimo en idioma inglés concebido por los mandos militares estadounidenses para explicar el mundo multipolar después del colapso de la Unión Soviética: volatilidad (volatility); incertidumbre (uncertain); complejo (complex); y ambiguo (ambiguous).

Este método sedujo a Eric J. McNulty, director de investigación de la National Preparedness Leadership Initiative que lo ha utilizado con frecuencia cuando indaga sobre liderazgo y resiliencia.

La volatilidad refleja la velocidad y la turbulencia del cambio. La incertidumbre implica que los resultados, incluso de acciones con las que se está familiarizado, son cada vez menos predecibles. La complejidad refleja la vastedad y la interdependencia en sociedades y economías globalmente interconectadas. Finalmente ambigüedad alude a la multitud de opciones y posibles resultados resultantes del cambio.

El súbito surgimiento de empresas tecnológicas de empresas sin ganancias pero a las que se las llama unicornios valuadas por encima de US$ 1.000 millones, hasta el proceso de la “primavera árabe” que deriva en una sangrienta guerra civil en Siria (con más de cuatro millones de refugiados) o la inexistencia de un Estado en Libia) o al conflicto entre Rusia y Ucrania, son todos ejemplos apropiados de lo que significa VUCA.

Sin embargo, a pesar del tamaño y naturaleza de los desafíos, no son incomprensibles para quienes pretendan dejar atrás el pensamiento viejo y todos sus acercamientos a la realidad. Ese es el argumento de McNulty en un reciente ensayo publicado en Strategy &.

Para eso formula una serie de recomendaciones. No es cierto que todo sea impredecible. Hay tendencias relevantes a tener en cuenta en este punto. Por ejemplo, es la era de concentraciones urbana (la población global vive en ciudades, y no más en el campo). Para mitad de siglo, la mayoría de las diez mega ciudades estarán en el mundo en desarrollo. Habrá mayor expectativa de vida, menor tasa de natalidad, y mejores perspectivas económicas.

No hay dudas que la actividad humana está modificando el clima, mientras se discute como reducir esas alteraciones, el nivel de los océanos sube y el agua que necesita la agricultura, escasea.

Hay cambios demográficos profundos. Occidente y los países boreales, se están volviendo viejos, y las más altas concentraciones de juventud estarán en el este y en el sur.

Habrá avances tecnológicos distintos. Todos conectado con todo, todos los artefactos conectados entre sí, con artefactos que serán cada vez más pequeños, más baratos y más rápidos.

Para vivir en este entorno, hay que tener mente abierta, alimentar debates y diferentes puntos de vista, hacer preguntas penetrantes e impulsar constantes desafíos. Distinguir entre lo que uno realmente sabe y lo que uno piensa. Ser, en esencia, curioso.

 

 

 

 

 

 

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