<p>La generación Y o Milenio –aquellos jóvenes que se están incorporando al mercado laboral y que tienen menos de 35 años- sorprende por sus hábitos diferentes. Esto se hace evidente, no solo a escala empresarial, sino también en su rol de consumidores. En este sentido el hecho más sobresaliente es que, según lo marcan estudios y tendencias, a la generación Y no le gusta comprar cosas.</p>
<p>Recientemente un estudio estableció que para los menores de 35 años tener un auto es un gasto superficial. No es solamente una cuestión financiera. Más allá de la crisis este comportamiento revela un hábito generacional profundo: para esta generación es más importante poseer contenido digital, ideas, que acumular cosas.</p>
<p>En el centro está la creciente digitalización de la vida, intensificada por el uso de la tecnología en la nube. El ocio hoy pasa por material que se encuentra en la web – cine, televisión, libros, artículos- y la preferencia por esos contenidos da muerte a los viejos modelos de producción. Los estudios indican que, como consecuencia, los más jóvenes prefieren ser dueños de productos digitales, virtuales, que los físicos que se venden a la vuelta de la esquina.</p>
<p>¿Es la tecnología la única culpable? Posiblemente sea la consecuencia de una nueva forma de pensar que, a su vez, dio pie a estas nuevas tecnologías. En definitiva, ¿por qué se crean estas diferentes formas de modificar la vida? Porque alguien ha decidido que es hora de hacerlo. La tecnología es la consecuencia de una nueva manera de pensar que nació antes.</p>
<p>Por lo tanto la tecnología no es la culpable, sino una evolución en la manera de pensar. Hoy ser dueño significa algo diferente que hace 10 años. El concepto de propiedad ha mutado, cambiado y ocurre en todas las áreas, desde los autos hasta la música pasando por el entretenimiento. La tecnología ha facilitado la evolución pero detrás se encuentra una metamorfosis en la manera de pensar; el nacimiento de una nueva actitud hacia la vida.</p>
<p>Para las marcas esto también es una oportunidad. No vale ir contra las nuevas tendencias sino adaptar a las organizaciones a ellas. Hoy la idea que debe imperar en las organizaciones no es la de propiedad sino la de conexión. Hay que hacer hincapié en los usos diferentes, no en la cosa en sí: “Ok, ahora tengo esto, pero, ¿para qué lo uso?”. La razón por la que las personas sacan la tarjeta de crédito tiene más que ver con la experiencia que con el sentido de propiedad. El valor está en cómo esa cosa conecta a las personas entre sí: si se lo adquiere es porque tiene valor para ser compartido, charlar sobre eso, comentarlo en redes sociales.</p>
<p>Las personas hoy compran: <br />
1) Por la experiencia: El producto o servicio de una marca sirve porque las personas pueden hacer algo importante con ello. Sirve para conectarlos y eso amplía su conexión con la comunidad. Con el crecimiento de las redes sociales las personas son espectadores de su propia vida y, por lo tanto, más autónomas. Una compañía que entendió esto es Apple: sus productos están diseñados para hacer sentir a las personas como parte de una comunidad de personas especiales y ofrece aplicaciones para comprar y organizar música, películas y fotos online. <br />
2) Para contárselo a otros: Las personas siempre han comprado, en parte, porque la sociedad así se los ha demandado. Sigue existiendo un elemento social, inclusive en esta época más digital: la alegría de tener algo nuevo hoy está relacionada con poder compartirlo. Cuando alguien comparte algo con alguien a quien quiere se crea un vínculo significativo. Las marcas deben estar atentas y ser parte de esa ecuación. <br />
3) Por lo que esa compra dice de ellos: Detrás de las elecciones de compra siempre hay un elemento de status social. En el caso de no comprar un auto, por ejemplo, está la ambición de esta generación por tener una vida más verde haciendo énfasis en lo local. Para las marcas es importante conectarse con estas “ideas grandes” y recordar que tener un impacto positivo en la sociedad atraerá a la generación Y a los productos y servicios ofrecidos.</p>
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La generación del milenio, materialmente desapegada
Para la generación Y comprar objetos materiales no es una prioridad. Con la creciente digitalización de las diferentes facetas de la vida, especialmente el entretenimiento, prefieren las ideas a las cosas.