jueves, 26 de diciembre de 2024

La etiqueta de una entrevista laboral

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En una interesante nota publicada por el Wall Street Journal, Joann Lublin hace un recuento de la cantidad de detalles de conducta personal que pueden llevar al fracaso de la entrevista laboral, especialmente cuando se buscan cargos directivos.

La nota enumera casos verídicos, con nombres de empresas y fechas de
las entrevistas. Pero las actitudes y conductas tienen un carácter tan
universal que sirven para indicar, a cualquier candidato, cuáles son
los caminos equivocados para lograr el empleo buscado.

En uno de los casos relatados, el director ejecutivo de una empresa de tecnología
debía entrevistar a una candidata para cubrir el puesto número
uno en recursos humanos. Pero una intensa sesión con su equipo de dirigentes
lo retuvo ocupado media hora más de lo calculado. Momentos antes de que
el ejecutivo saliera de su reunión, la candidata abandonó el lugar
no sin antes exigir una limusina de la compañía para que la llevara
de vuelta a su casa. Argumentó que se sentía indignada "por
haber tenido que esperar tanto tiempo al entrevistador".

Los aspirantes deben evitar conductas groseras como la que se acaba de describir
cuando buscan empleo. Un exagerado sentido de su propia importancia puede motivar
toda una serie de impropiedades que pueden matar la posibilidad de ingresar
a la organización. Fundamental es tratar siempre bien al personal auxiliar.

Es preciso recordar que la buena conducta y la cortesía para con los
demás importan desde el momento mismo en que usted llega a la firma donde
le harán la entrevista, explica Dora Vell, socia gerente de Vell &
Associates, una reclutadora para firmas de alta tecnología. En general,
en Estados Unidos las firmas que recurren a empresas de búsqueda de personal,
tienen todo un entrenamiento previo para analizar con lupa la conducta de la
persona que llega a entrevistarse. La primera inspección la realiza la
recepcionista, quien informa si fue tratada con educación y respeto,
qué hábitos de lectura muestra en la espera y hasta sin se lavó
las manos cuando fue al baño (por el ruido del agua).

Conductas desaconsejadas:

· Mirar de reojo la pantalla del teléfono para leer algún
mensaje de texto. Atender el celular durante la entrevista.
· Si existiera la necesidad de trasladarse a alguna parte, ofrecer el
auto propio. Se puede apreciar el carácter de una persona por su forma
de manejar: si es respetuosa de los demás, si asume sus responsabilidades
o las elude y pone la culpa en los demás, si es cuidadosa o irresponsable.
· Si desapareciera el interés en realizar la entrevista, acuda
a la cita y dígalo personalmente. No lo anuncie por teléfono,
dejando plantado al entrevistador a sólo horas del encuentro. En el futuro
puede necesitar de la buena recomendación de quien lo/la habría
entrevistado.
· Nunca llegue tarde a una entrevista ni tenga prisa por terminarla.
Perderá credibilidad.

En definitiva, la cortesía, las buenas maneras, la consideración
por el tiempo de los demás, son todos aspectos que sirven para evaluar
a una persona más allá de sus dotes específicas para el
trabajo. Y todos ellos pueden revelarse en esos 30 minutos que nos da la oportunidad
de una entrevista de trabajo. Nadie quiere trabajar junto a individuos soberbios,
despreciativos o desconsiderados, aunque sean "la última Coca-Cola
del desierto".

La nota enumera casos verídicos, con nombres de empresas y fechas de
las entrevistas. Pero las actitudes y conductas tienen un carácter tan
universal que sirven para indicar, a cualquier candidato, cuáles son
los caminos equivocados para lograr el empleo buscado.

En uno de los casos relatados, el director ejecutivo de una empresa de tecnología
debía entrevistar a una candidata para cubrir el puesto número
uno en recursos humanos. Pero una intensa sesión con su equipo de dirigentes
lo retuvo ocupado media hora más de lo calculado. Momentos antes de que
el ejecutivo saliera de su reunión, la candidata abandonó el lugar
no sin antes exigir una limusina de la compañía para que la llevara
de vuelta a su casa. Argumentó que se sentía indignada "por
haber tenido que esperar tanto tiempo al entrevistador".

Los aspirantes deben evitar conductas groseras como la que se acaba de describir
cuando buscan empleo. Un exagerado sentido de su propia importancia puede motivar
toda una serie de impropiedades que pueden matar la posibilidad de ingresar
a la organización. Fundamental es tratar siempre bien al personal auxiliar.

Es preciso recordar que la buena conducta y la cortesía para con los
demás importan desde el momento mismo en que usted llega a la firma donde
le harán la entrevista, explica Dora Vell, socia gerente de Vell &
Associates, una reclutadora para firmas de alta tecnología. En general,
en Estados Unidos las firmas que recurren a empresas de búsqueda de personal,
tienen todo un entrenamiento previo para analizar con lupa la conducta de la
persona que llega a entrevistarse. La primera inspección la realiza la
recepcionista, quien informa si fue tratada con educación y respeto,
qué hábitos de lectura muestra en la espera y hasta sin se lavó
las manos cuando fue al baño (por el ruido del agua).

Conductas desaconsejadas:

· Mirar de reojo la pantalla del teléfono para leer algún
mensaje de texto. Atender el celular durante la entrevista.
· Si existiera la necesidad de trasladarse a alguna parte, ofrecer el
auto propio. Se puede apreciar el carácter de una persona por su forma
de manejar: si es respetuosa de los demás, si asume sus responsabilidades
o las elude y pone la culpa en los demás, si es cuidadosa o irresponsable.
· Si desapareciera el interés en realizar la entrevista, acuda
a la cita y dígalo personalmente. No lo anuncie por teléfono,
dejando plantado al entrevistador a sólo horas del encuentro. En el futuro
puede necesitar de la buena recomendación de quien lo/la habría
entrevistado.
· Nunca llegue tarde a una entrevista ni tenga prisa por terminarla.
Perderá credibilidad.

En definitiva, la cortesía, las buenas maneras, la consideración
por el tiempo de los demás, son todos aspectos que sirven para evaluar
a una persona más allá de sus dotes específicas para el
trabajo. Y todos ellos pueden revelarse en esos 30 minutos que nos da la oportunidad
de una entrevista de trabajo. Nadie quiere trabajar junto a individuos soberbios,
despreciativos o desconsiderados, aunque sean "la última Coca-Cola
del desierto".

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