La era en que todos los adultos son iguales

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Hace unos 20 años las campañas de marketing se preparaban según la edad del público al que iban dirigidas. Ese era al menos uno de los patrones. Ahora el mensaje debe ir dirigido a personas adultas de cualquier edad.

La edad ha dejado de ser importante. Si antes llegar a los 60 significaba jubilarse y quedarse en casa mirando televisión y tomando mate, hoy el mundo está lleno de gente mayor que sigue trabajando, asumiendo desafíos, que sigue interesada en los problemas del mundo, que sigue activa y adopta la tecnología y que tiene amigos de todas las edades. Hay a quien se le ha ocurrido  decir que estas personas son “perennes”. En el mundo del espectáculo internacional (y también nacional) hay personas que funcionan como vectores con gran atractivo, que desparraman ideas y productos mejor que cualquiera otra generación. Lady Gaga, Tony Bennett, Beyoncé, Bob Dylan, Michelle Obama, son algunos.
 
Antes, el término “generación” quería decir el tiempo que mediaba entre el nacimiento de los padres y el nacimiento de sus hijos. Fue recién a partir del siglo 19 que pasó a significar todo el grupo de individuos nacidos en un mismo periodo. Los Baby Boomers (1946–1964) fueron la primera generación reconocida oficialmente en Estados Unidos por el Census Bureau debido a sus características claramente definidas. Luego vinieron varias generaciones que no quedaron en la historia por irrelevantes hasta que llegó la segunda Gran Generación: la de los Millenials, también llamada Generación Y.

En un reciente artículo publicado por el ABA Banking Journal se sugiere que “las actitudes y hábitos que se suponen son específicos de los millenials pueden estar difundidos entre la población en general. Hoy todas las edades son relevantes, no sólo  aquellos que están en el pico del poder de la generación de turno. Los mayores trabajan, visten vaqueros y todo lo que se ponga de moda, bailan, salen, viajan … pero sobre todo trabajan y siguen siendo “relevantes”.  Por eso se dice que son perennes. Todo esto muy lejos de aquella idea que imperó durante mucho tiempo según la cual los viejos son ciudadanos “pasivos”, una carga para la sociedad, ya no cuentan, viven de recuerdos. 
 
La calificación de perenne se adjudica a un grupo de personas sobre la base de su psicografía y no de su demografía. Perennes son los Millenials y también personas de todas las edades. Si se busca perenne en el diccionario se verá que dice permanente, que no muere. O sea, personas de todas las edades, hoy, comparten los mismos valores, las mismas pasiones, los mismos gustos y rompen las barreras de la antigua clasificación por edad. Los mensajes de todo tipo, comerciales, políticos, sociales, deben olvidarse de los estereotipos generacionales porque todos se mantienen relevantes, todos están permanentemente creciendo. Todos son perennes.
 

 

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