Y con millones de dólares en juego, las empresas están recurriendo a técnicas cada vez más sofisticadas para identificar a clientes potenciales y enviarles publicidad relevante.
La herramienta más tradicional es la cookie, un código digital almacenado en los navegadores de los usuarios. Algunos sitios web colocan múltiples cookies cuando alguien los visita, y eso les permite rastrear parte de la actividad de ese usuario en el tiempo.
El problema para los marketineros es que algunos usuarios instruyen a sus navegadores para que rechacen las cookies o las eliminen rápidamente, Y los teléfonos móviles, que están absorbiendo una porción cada vez más grande del uso web, no usa cookies.
Para combatir los defectos de la cookie, anunciantes y editores están recurriendo cada vez más a algo que se llama en inglés “fingerprinting” o sistema de las huellas dactilares, una técnica que permite a un sitio web mirar las características de una computadora , o sea los plugins y el software que tiene instalados, el tamaño de la pantalla, la zona horaria, las fuentes y otras características particulares de una máquina. La Electronic Frontier Foundation (EFF) descubrió que 94% de los navegadores que usan Flash o Java tienen identidades únicas.
La técnica de las huellas digitales puede llegar a ser una tecnología de rastreo más robusta por los identificadores de usuarios perduran más aunque éstos borren sus cookies. Hacer cambios al software y a los parámetros personales solo nosh ace más identificables, no menos. Un estudio de la EFF realizado hace algunos años descubrió que es fácil detectar cuando alguien cambia su perfil agregando, por ejemplo, actualizaciones de software.
