Diego A. Grau (*)
Los baby boomers deben adaptarse a los cambios. Las nuevas generaciones laborales (los millenials) producen cambios de códigos y de paradigmas. Y las reglas de juego son diferentes.
La sociedad (la demanda) cambia, y en las empresas el crecimiento está condicionado a adaptarse al cambio e innovar. Es preciso el aporte de mejoras, nuevas tecnologías, herramientas, capacidades, y un sistema comunicacional diferente.
Las empresas jóvenes, modernas, priorizan la innovación e iniciativa de la generación X, y la autonomía de gestión y creatividad de la generación Y es lógico que así sea.
Innovar con experiencia
No habría que pensar que “ahora es mejor” o que “antes era mejor”. No se deben confrontar las características de la lealtad o la experiencia de los “mayores” versus la agilidad y creatividad de los “jóvenes”. No debe haber competencia generacional, sino integración y equilibrio.
Será bueno encontrar un común denominador generacional en que todos prioricemos los “ideales”, los “principios”, y la “eficiencia en la gestión”.
La innovación y el cambio son necesarios. Hay que saber diferenciar los cambios de fondo (criterios, tecnologías, herramientas modernas), de las “modas pasajeras” que a veces proponen cambios insustanciales o inconducentes.
¿Cómo hace una empresa para crecer o para cambiar? Es muy difícil que una empresa innovadora desarrolle “per-se” sus propios métodos, herramientas, tecnología. Una nueva empresa o una empresa que está en proceso de cambio requiere el aporte de mejoras “reales”, e incorporación de capacidades en cada uno de los temas que abarca.
Para innovar o cambiar hace falta vencer la “curva de aprendizaje”, que es el proceso por medio del cual se va adquiriendo experiencia. Y debe vencerse la consabida “resistencia al cambio”. Subir la parte empinada de la curva de aprendizaje requiere mucho tiempo, esfuerzo, paciencia y recursos.
Será, por ende, útil integrar los códigos y empuje innovador de los jóvenes, con el aporte de experiencia y seniority de los mayores.
¿Cómo definir estrategias y planes de negocios?: ¿Cómo aumentar la productividad?; ¿cuáles son las opciones del mercado?; ¿cómo aseguro el presupuesto y el control?; ¿Que herramientas son las más apropiadas?; ¿cómo innovar sin ser ineficientes?; ¿cómo puedo optimizar los beneficios?; ¿qué estructura es la más eficaz?; ¿Cómo diseño la cadena de valor?; ¿Liderazgo y autoridad?; ¿Nuevos negocios y proyectos?; ¿Conflictos?; ¿Competencia?; ¿acceso al financiamiento?; … y mucho más….
La generación de “los mayores” ha vivido todas estas problemáticas, y puede aportar muchas cosas. Los llamados “expertos” pueden aportar en áreas de dirección, gerencias, asesoría y control, y reducir riesgos. Y los jóvenes ponen los nuevos códigos, la fuerza, el talento y dinamismo…
En algunos casos, las empresas de hoy parecerían ser reticentes a incorporar expertos “mayores”, presumiendo erróneamente que esto resulta costoso.
Una empresa en proceso de crecimiento, innovación y cambio puede recurrir a aportes o asesorías externas que pueden aportar expertos especialistas, y de este modo reducir los tiempos, esfuerzos y recursos de la “curva de aprendizaje”.
Utilizar un recurso comprobado y una experiencia externa puede configurar un mecanismo integrador generacional que acelere la “Curva de Aprendizaje” en un proceso de clara “economía de escala”. Sin duda que se debe innovar, pero si es con experiencia, la eficiencia será mayor.
(*) Socio y Director de la consultora Managers