Lejanas están aquellas empresas solamente preocupadas por expandir su única línea de productos, seguras de sí mismas y de un mercado siempre ávido, y sobre todo, escaso en competidores. Hoy, el escenario ha cambiado. Hay que recrear constantemente nuestra forma de hacer negocios, mirando siempre hacia el cliente, que por lo general, nos observará a veces indiferente, como lo hace con el resto de posibles prestadores.
Pero no nos debe extrañar que la empresa, nuestra empresa, deba cambiar también. Es una entidad con vida propia, y por tanto, debe adecuarse a su entorno. Veamos cómo.
Creatividad: la llave mágica
Crear es descubrir algo nuevo, y la empresa moderna necesita hacerlo a cada instante: nuevos productos y servicios, formas diferentes de llegar al cliente, estrategias novedosas de venta, diseños de vanguardia, organigramas mucho más planos y eficientes… Y mil cosas más. Pero para ello hay que contar con personal que, sin distinción de niveles:
-No tema afrontar desafíos con los riesgos controlados que ello implique.
-Posea iniciativa y capacidad de innovar y generar ideas.
-Pueda trabajar en equipos interdisciplinarios.
-Esté actualizado con las nuevas tendencias y se muestre partidario de la formación continua.
-Sea muy adaptable.
A su vez, la empresa debe:
-Orientarse a dar un mejor servicio al cliente (más rápido, barato y de mejor calidad)
-Considerar que los ciclos de vida de los productos son cada vez más cortos; por tanto I+D, Marketing y Producción deben trabajar con mayor celeridad para desarrollar y lanzar al mercado nuevas alternativas, con la mirada puesta en los deseos del cliente y en las estrategias de los competidores más cercanos (sin olvidar aquellos productos sustitutos que puedan restar cuota de mercado al nuestro)
-Reconvertir su forma de trabajar, delegando en los colaboradores la toma de decisiones, cortando cadenas burocráticas, fusionando tareas y reduciendo aquellos controles que sólo se convierten en meros costes sin ninguna aportación adicional.
-Hacer mucho más en menos tiempo; tornarse ligera, adaptativa y siempre lista a satisfacer personalizadamente a sus clientes.
-Orientarse a resultados, y recompensar muy bien a sus colaboradores por su concreción.
-Respetar, cultivar y acrecentar siempre su Capital Intelectual.
-Fomentar el liderazgo antes que la mera jefatura.
-Destruir todo signo de rigidez, sea en sus estructuras o en la mentalidad subyacente.
Sobre los líderes hay que decir que hoy en día deben estar dispuestos a tirar por la ventana sus viejos manuales de Management y Marketing, y animarme a reescribirlos con su propia experiencia. Los modelos establecidos, que en el pasado pudieron dar excelentes resultados (en otro escenario, claro está) ahora pueden demostrarse insuficientes. Por otro lado, el líder, como ejemplo e impulsor de la creatividad empresarial, debe propiciar:
-Espacios (y tiempo) donde su equipo de colaboradores pueda generar y desarrollar nuevas ideas.
-La aplicación constante de Brainstorming como método creativo, y el resto de técnicas del Pensamiento Lateral.
Brainstorming: Un grupo de personas se reúne en un lugar confortable (puede incluso ser una sala alfombrada, donde los participantes se sienten en el suelo, sobre almohadones, lejos del ruido y las interrupciones, en un lugar apartado del edificio), junto a un moderador. Se establece un tema-objeto, sobre el cual se lanzarán ideas.
Hay que poner en funcionamiento la creatividad, la imaginación y la capacidad de combinar ideas de otros para generar otras nuevas. Estas no se censuran de antemano, sino que se anotan en una pizarra a medida que surgen. El objetivo es generar la mayor cantidad de ideas relacionadas directa o indirectamente con el tema. Luego, se eligen las mejores (sea porque abren nuevas posibilidades, mejoran prestaciones existentes, etc.)
Pensamiento lateral: Es una nueva forma de concebir ideas. Se aleja del pensamiento lineal o lógico que todos empleamos a diario (de tal causa, tales efectos, y de allí nuevas causas) para adentrarse en técnicas que permiten la generación de ideas sin excluirlas ni censurarlas por el hecho de parecer ilógicas, descabelladas o hasta irrelevantes. Edward De Bono desarrolló magistralmente las técnicas del Pensamiento Lateral en el año 1970, cuya esencia puede explicarse mediante este resumido ejemplo:
Existe una apuesta que involucra a una enorme alfombra y una moneda. En un salón de considerables dimensiones se extiende la alfombra, y en su centro, se deposita una moneda. El premio, muy considerable por cierto, será para aquel que pueda retirar la moneda sin pisar o atravesar caminando la alfombra. Evidentemente, un hombre, ni estirado a todo lo largo, puede alcanzar la moneda. Aparentemente, el asunto no tiene solución… Pero alguien la encuentra. Un hombre pide permiso para participar, y ante la atónita mirada de todos los presentes, va enrollando la alfombra hasta llegar adonde está la moneda. Suavemente, la retira con su mano. Ha ganado la apuesta. Simplemente ha encontrado la solución al no dejarse engañar por cualquier secuencia lógica que le diría: “Eso es imposible”; tampoco buscó el mismo camino que los otros (A+B para llegar siempre a C) Pensó “lateralmente”.
Tenemos entonces que una empresa innovadora debe ser sumamente creativa, aplicando la generación de nuevas posibilidades no sólo a los tradicionales sectores de I+D, Marketing y Planificación, sino a cualquier proceso o tarea existente. Contará con personal preparado (y fuertemente motivado) para generar y desarrollar nuevas ideas. Trabajará de forma interdisciplinar, en un sistema que anime y premie la creatividad. De hecho, muchos empleados se sentirán impelidos a aportar su granito de arena, porque ¿quién mejor que aquel que realiza una determinada tarea para sugerir reformas?
A la hora de implementar nuevas ideas
Todo lo nuevo produce algo de ansiedad en las personas involucradas. En una parte de ellas, porque están deseosas de probarlo, de ponerlo en práctica. En otros, sin embargo, el estado de ansiedad se produce justamente por la tensión que genera cualquier cambio. Para muchos, cambiar es romper con la rutina (muchas veces confortable o al menos, conocida y dominada) Otras veces se genera resistencia al desconocer el empleado los alcances, beneficios y consecuencias de la mejora implementada (aquí fallarían los mecanismos de formación y comunicación pertinentes)
Sea como fuere, hay que evitar decir, por ejemplo: “Hemos creado este nuevo procedimiento y ahora hay que asimilarlo rápidamente.” Sería mejor preparar las cosas de la siguiente manera:
-Explicar las desventajas de la anterior forma de trabajo.
-Solicitar la colaboración de todos los implicados para mejorar lo existente.
-Brindarles la oportunidad de participar.
-Apoyarles, dando el ejemplo.
-Detectar resistencias u oposiciones al cambio, y buscar soluciones que pasen por la colaboración, información adicional, planes de formación, etc.
-Plantear claramente que el nuevo escenario requerirá de nuevas habilidades; para un equipo fuertemente motivado, esto implica un interesante desafío profesional (la empresa, por su parte, debe estar preparada para brindar el apoyo necesario)
Para finalizar, no olvide los factores que merman el interés de participar creativamente:
-Personal mal remunerado o con falta de recompensas.
-Directivos que no aceptan sugerencias ni críticas a su gestión.
-Escaso estímulo a romper con viejos esquemas de trabajo.
-Ausencia de planes de mejora continua.
-Algunos paradigmas de uso frecuente, enquistados en la empresa. Por ejemplo:
. “Si hasta ahora funcionó ¿para qué cambiarlo?”
. “¿Si cambiamos y no funciona?”
. “Es muy costoso, no vale la pena.”
. “La competencia no lo emplea y no les va mal.”
. “Mejor esperemos un poco más.”
Por Juan Javier Álvarez
Sobre el autor
Juan Javier Álvarez es director de www.estudio-pymes.com, consultora de marketing
de Barcelona (España).
Cuenta con vasta experiencia en la gestión de unidades de negocios tanto en Latinoamérica como en España, y es diplomado en Dirección y Administración de Empresas (EE.UU.) Colaboro con distintos medios
de un lado y otro del Atlántico.
www.estudio-pymes.com
estudio-pymes@estudio-pymes.com
Lejanas están aquellas empresas solamente preocupadas por expandir su única línea de productos, seguras de sí mismas y de un mercado siempre ávido, y sobre todo, escaso en competidores. Hoy, el escenario ha cambiado. Hay que recrear constantemente nuestra forma de hacer negocios, mirando siempre hacia el cliente, que por lo general, nos observará a veces indiferente, como lo hace con el resto de posibles prestadores.
Pero no nos debe extrañar que la empresa, nuestra empresa, deba cambiar también. Es una entidad con vida propia, y por tanto, debe adecuarse a su entorno. Veamos cómo.
Creatividad: la llave mágica
Crear es descubrir algo nuevo, y la empresa moderna necesita hacerlo a cada instante: nuevos productos y servicios, formas diferentes de llegar al cliente, estrategias novedosas de venta, diseños de vanguardia, organigramas mucho más planos y eficientes… Y mil cosas más. Pero para ello hay que contar con personal que, sin distinción de niveles:
-No tema afrontar desafíos con los riesgos controlados que ello implique.
-Posea iniciativa y capacidad de innovar y generar ideas.
-Pueda trabajar en equipos interdisciplinarios.
-Esté actualizado con las nuevas tendencias y se muestre partidario de la formación continua.
-Sea muy adaptable.
A su vez, la empresa debe:
-Orientarse a dar un mejor servicio al cliente (más rápido, barato y de mejor calidad)
-Considerar que los ciclos de vida de los productos son cada vez más cortos; por tanto I+D, Marketing y Producción deben trabajar con mayor celeridad para desarrollar y lanzar al mercado nuevas alternativas, con la mirada puesta en los deseos del cliente y en las estrategias de los competidores más cercanos (sin olvidar aquellos productos sustitutos que puedan restar cuota de mercado al nuestro)
-Reconvertir su forma de trabajar, delegando en los colaboradores la toma de decisiones, cortando cadenas burocráticas, fusionando tareas y reduciendo aquellos controles que sólo se convierten en meros costes sin ninguna aportación adicional.
-Hacer mucho más en menos tiempo; tornarse ligera, adaptativa y siempre lista a satisfacer personalizadamente a sus clientes.
-Orientarse a resultados, y recompensar muy bien a sus colaboradores por su concreción.
-Respetar, cultivar y acrecentar siempre su Capital Intelectual.
-Fomentar el liderazgo antes que la mera jefatura.
-Destruir todo signo de rigidez, sea en sus estructuras o en la mentalidad subyacente.
Sobre los líderes hay que decir que hoy en día deben estar dispuestos a tirar por la ventana sus viejos manuales de Management y Marketing, y animarme a reescribirlos con su propia experiencia. Los modelos establecidos, que en el pasado pudieron dar excelentes resultados (en otro escenario, claro está) ahora pueden demostrarse insuficientes. Por otro lado, el líder, como ejemplo e impulsor de la creatividad empresarial, debe propiciar:
-Espacios (y tiempo) donde su equipo de colaboradores pueda generar y desarrollar nuevas ideas.
-La aplicación constante de Brainstorming como método creativo, y el resto de técnicas del Pensamiento Lateral.
Brainstorming: Un grupo de personas se reúne en un lugar confortable (puede incluso ser una sala alfombrada, donde los participantes se sienten en el suelo, sobre almohadones, lejos del ruido y las interrupciones, en un lugar apartado del edificio), junto a un moderador. Se establece un tema-objeto, sobre el cual se lanzarán ideas.
Hay que poner en funcionamiento la creatividad, la imaginación y la capacidad de combinar ideas de otros para generar otras nuevas. Estas no se censuran de antemano, sino que se anotan en una pizarra a medida que surgen. El objetivo es generar la mayor cantidad de ideas relacionadas directa o indirectamente con el tema. Luego, se eligen las mejores (sea porque abren nuevas posibilidades, mejoran prestaciones existentes, etc.)
Pensamiento lateral: Es una nueva forma de concebir ideas. Se aleja del pensamiento lineal o lógico que todos empleamos a diario (de tal causa, tales efectos, y de allí nuevas causas) para adentrarse en técnicas que permiten la generación de ideas sin excluirlas ni censurarlas por el hecho de parecer ilógicas, descabelladas o hasta irrelevantes. Edward De Bono desarrolló magistralmente las técnicas del Pensamiento Lateral en el año 1970, cuya esencia puede explicarse mediante este resumido ejemplo:
Existe una apuesta que involucra a una enorme alfombra y una moneda. En un salón de considerables dimensiones se extiende la alfombra, y en su centro, se deposita una moneda. El premio, muy considerable por cierto, será para aquel que pueda retirar la moneda sin pisar o atravesar caminando la alfombra. Evidentemente, un hombre, ni estirado a todo lo largo, puede alcanzar la moneda. Aparentemente, el asunto no tiene solución… Pero alguien la encuentra. Un hombre pide permiso para participar, y ante la atónita mirada de todos los presentes, va enrollando la alfombra hasta llegar adonde está la moneda. Suavemente, la retira con su mano. Ha ganado la apuesta. Simplemente ha encontrado la solución al no dejarse engañar por cualquier secuencia lógica que le diría: “Eso es imposible”; tampoco buscó el mismo camino que los otros (A+B para llegar siempre a C) Pensó “lateralmente”.
Tenemos entonces que una empresa innovadora debe ser sumamente creativa, aplicando la generación de nuevas posibilidades no sólo a los tradicionales sectores de I+D, Marketing y Planificación, sino a cualquier proceso o tarea existente. Contará con personal preparado (y fuertemente motivado) para generar y desarrollar nuevas ideas. Trabajará de forma interdisciplinar, en un sistema que anime y premie la creatividad. De hecho, muchos empleados se sentirán impelidos a aportar su granito de arena, porque ¿quién mejor que aquel que realiza una determinada tarea para sugerir reformas?
A la hora de implementar nuevas ideas
Todo lo nuevo produce algo de ansiedad en las personas involucradas. En una parte de ellas, porque están deseosas de probarlo, de ponerlo en práctica. En otros, sin embargo, el estado de ansiedad se produce justamente por la tensión que genera cualquier cambio. Para muchos, cambiar es romper con la rutina (muchas veces confortable o al menos, conocida y dominada) Otras veces se genera resistencia al desconocer el empleado los alcances, beneficios y consecuencias de la mejora implementada (aquí fallarían los mecanismos de formación y comunicación pertinentes)
Sea como fuere, hay que evitar decir, por ejemplo: “Hemos creado este nuevo procedimiento y ahora hay que asimilarlo rápidamente.” Sería mejor preparar las cosas de la siguiente manera:
-Explicar las desventajas de la anterior forma de trabajo.
-Solicitar la colaboración de todos los implicados para mejorar lo existente.
-Brindarles la oportunidad de participar.
-Apoyarles, dando el ejemplo.
-Detectar resistencias u oposiciones al cambio, y buscar soluciones que pasen por la colaboración, información adicional, planes de formación, etc.
-Plantear claramente que el nuevo escenario requerirá de nuevas habilidades; para un equipo fuertemente motivado, esto implica un interesante desafío profesional (la empresa, por su parte, debe estar preparada para brindar el apoyo necesario)
Para finalizar, no olvide los factores que merman el interés de participar creativamente:
-Personal mal remunerado o con falta de recompensas.
-Directivos que no aceptan sugerencias ni críticas a su gestión.
-Escaso estímulo a romper con viejos esquemas de trabajo.
-Ausencia de planes de mejora continua.
-Algunos paradigmas de uso frecuente, enquistados en la empresa. Por ejemplo:
. “Si hasta ahora funcionó ¿para qué cambiarlo?”
. “¿Si cambiamos y no funciona?”
. “Es muy costoso, no vale la pena.”
. “La competencia no lo emplea y no les va mal.”
. “Mejor esperemos un poco más.”
Por Juan Javier Álvarez
Sobre el autor
Juan Javier Álvarez es director de www.estudio-pymes.com, consultora de marketing
de Barcelona (España).
Cuenta con vasta experiencia en la gestión de unidades de negocios tanto en Latinoamérica como en España, y es diplomado en Dirección y Administración de Empresas (EE.UU.) Colaboro con distintos medios
de un lado y otro del Atlántico.
www.estudio-pymes.com
estudio-pymes@estudio-pymes.com