<p>Fueron siete años difíciles durante los cuales varios directores ejecutivos se sucedieron en la conducción de HP y repitieron errores una y otra vez.<br />
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Recordando la definición del management que diera Peter Drucker – quien dijo que el objetivo de la empresa es crear un cliente y el trabajo del líder es atender a ese cliente para que lo siga siendo por toda la vida – Bandler relata que en HP – y en muchas otras grandes firmas – esos principios fundamentales se pierden en medio de una maraña de otros objetivos. El resultado es un tendal de marcas muertas desarrolladas buscando un lazo emocional con los clientes para el largo plazo, que no sólo no lograron su objetivo sinos que contribuyeron a que los clientes perdieran su confianza en la marca. <br />
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Inevitablemente, dice Bandler, eso resulta en una crisis de identidad para la empresa. En el caso de HP, esa crisis desembocó en la salida de su CEO, Leo Apotheker luego de apenas 11 meses en el cargo. <br />
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La combinación de la fallida introducción de una tableta, con los mensajes confusos sobre la posible separación del negocio de computación y la mal planeada adquisición de una empresa extranjera de software – todo eso sumado al combativo estilo gerencial de A, creó tanto caos en HP que ahora no se sabe si su reemplazo, Meg Whitman, podrá salvar a la compañía en el poco tiempo que tiene para organizar una reinvención.<br />
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Se hace eco, con cierta molestia, del paracaídas de oro con que se fue Apotheker, a modo de premio por la tremenda pérdida de valor de marca y valor para el accionista que había generado. No se ve en ninguna otra parte (dice por Estados Unidos) que alguien reciba millones de dólares en premio por destruir tanto valor de mercado. <br />
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Bandler analiza con detalles los errores épicos cometidos por HP comenzando con Carly Fiorina y sus peleas con el directorio sobre la cuestionada compra de Compaq. HP gastó US$ 24.000 millones por una marca que ahora ni se recuerda. No se entiende, dice Bandler, cómo es que se gasta tanto dinero en adquirir una marca y luego no se la mantiene viva para dar sentido a esa inversión.<br />
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Analiza luego el corto mandato de Mark Hurd y su campaña de recorte de costos que finalmente terminó con un tema de cuestionamiento ético, tal vez gestado por los mismos miembros del directorio, muy críticos de su estilo. <br />
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El reemplazo llegó con Apotheker, sin experiencia en manejo de una empresa de computación. Ni siquiera pudo asumir la totalidad de sus responsabilidades debido a problemas legales con Oracle. <br />
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Luego de tantas idas y venidas, Bandler concluye preguntándose qué es HP hoy y qué es lo que puede hacer Meg Whitman. Las ventas han caído, las ganancias han caído, las acciones han caído y al pronóstico anual bajó. Todos los indicadores encajan en un patrón que ha se ha hecho conocido entre los analistas.</p>
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HP, un ejemplo de desmanejo
Un libro publicado recientemente por James Bandler explica las desventuras del descarrilamiento de HP (Hewlett Packard) para que a otras empresas les sirva de ejemplo de lo que no hay que hacer.