En ese sentido, la presencia del mundo online, en especial para la compra de todo tipo de productos, es un hecho innegable: el crecimiento del e-commerce en abril fue del 84% en comparación con un mes promedio del primer trimestre de 2020, según datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE). Muchos de esos consumidores se acercaron por primera vez a los canales de compra digitales en cuarentena, al punto que 4 de cada 10 órdenes de compra en las tiendas fueron de nuevos clientes.
Es por eso que el Hot Sale 2020, programado para los días 27, 28 y 29 de julio, no será como cualquier otro. El ya popular evento anual de e-commerce organizado por la CACE espera superar ampliamente los resultados de facturación del año pasado.
Por un lado, cuentan con casi 640 marcas confirmadas, 90 más que en el 2019, y por el otro, la cuarentena que motivó el desarrollo de los marketplaces digitales para satisfacer una altísima demanda, que presagia se acentúe aún más gracias a los descuentos y promociones exclusivos.
Durante los tres días que dura el Hot Sale, pequeñas, medianas y grandes empresas tendrán una oportunidad única de impulsar sus ventas online y llegar a nuevos clientes con sus ofertas, pero para ello deben estar preparados con una estrategia adaptada al contexto, que entienda la relevancia que la experiencia de compra del cliente puede tener en la concreción de la misma o la de futuras compras.
“En este contexto, la logística y la atención al cliente son dos elementos determinantes en la definición de la experiencia del consumidor y, por ende, su fidelización con la marca y el canal de venta online. Las grandes ganadoras del Hot Sale serán aquellas compañías que puedan capitalizar esta oportunidad con un e-commerce funcional y amigable al usuario, que puedan trasladar de forma rápida y segura el producto hasta el hogar del cliente y que puedan brindar una respuesta rápida y efectiva ante cualquier consulta o inconveniente”, señala César Etchebarne, Director de Operaciones para Napse Sur, y añade: “Incluso actualmente las tiendas físicas siguen teniendo un rol relevante para la operativa de las empresas, ahora convertidas en su gran mayoría en centros de distribución de productos. La capacidad de adaptación se ha vuelto el valor esencial para sacar provecho de este particular escenario”.