domingo, 22 de diciembre de 2024

Historia de un producto exitoso: el blue jean

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Un producto surgido por necesidad que se convirtió en insustituible. Nació como prenda resistente para los buscadores de oro en el oeste de EE.UU.. Fue símbolo de la juventud rebelde de los 50, y a través del cine conquistó al mundo.

A un comerciante se le ocurrió la idea de usar la tela de los toldos de las carretas en que se trasladaban para crear un pantalón lo suficientemente resistente para la tarea de picar todo el día. Así, los primeros jeans eran de tela recia y resistente, de color marrón, muy anchos y con tirantes. Tuvieron tal éxito entre los granjeros que enseguida hubo que pensar en un tejido más flexible.

“Denim” es probablemente una corrupción de la frase francesa “sarga de Nîmes”, que era, justamente una sarga fabricada en Nîmes en el siglo XVII. Otra tela europea, — un bombasí o tela gruesa de mezcla de algodón, lino y/o lana – era conocida como “jean” porque la usaban los marinos de Génova, Italia (que en inglés tiene una pronunciación parecida). Hacia el siglo XVIII, cuando aparecieron las plantaciones que funcionaban con trabajo esclavo, la tela de jean se hacía exclusivamente de algodón y se la valoraba por su durabilidad. El azul de índigo, que es extraído de plantas de América y de la India, se convirtió en el color clásico para la ropa de trabajo.

Los primeros inmigrantes hilanderos de Yorkshire, Inglaterra, fabricaban resistente bombasí de algodón — sarga de algodón — en una fábrica de Massachussets ya en 1638. En 1789 George Washington visitó una fábrica en Massachussets donde se hilaba denim y jean. Hacia 1849 un fabricante de Nueva York anunciaba tapados, chalecos y chaquetas en “blue jean”. Mecánicos y pintores usaban todos un overol hecho de blue denim; otros usaban pantalones con más forma hechos de jean.

Oro

A principios de 1848 James Wilson Marshall, un carpintero de New Jersey, encontró pepitas de oro cerca del aserradero que estaba construyendo junto a un río en California. Meses más tarde comenzaba la Fiebre del Oro. En 1853 Loeb Strauss (quien más tarde se cambió el nombre por Levi) llegó a San Francisco desde Nueva York e instaló un negocio mayorista. Los mineros exigían ropa fuerte que no se desgarrara al tercer día de trabajo. E diario Pacific Rural del 28 de junio de 1873 observaba: “no hay nada peor que ver los bolsillos de un obrero desgarrados y colgando, y ninguna otra parte del pantalón es más proclive a rasgarse que los bolsillos”.

Remaches

En 1872 Levi Strauss recibió una carta de Jacob Davis, que llevaba ya tiempo fabricando ropa remachada para los mineros de la zona de Reno. Davis no tenía dinero para patentar su proceso y le ofreció un trato a Levi Strauss a cambio de que éste se hiciera cargo de los costos de tramitar la patente. Levi Strauss comenzó a hacer “overoles de cintura” (como se conocían entonces los jeans) con remaches de cobre. En 1866, para demostrar la fortaleza de la prenda, se usó por primera vez un parche de cuero con la “”Marca de los dos caballos” que mostraba la prenda siendo tirada en direcciones opuestas por dos caballos. En 1902 se agregaron dos bolsillos traseros.

El cine

Durante los años de 1930 las películas de Hollywood del “far west”, elevó al estatus de mito a los auténticos cowboys, que por lo general usaban esos pantalones. La gente del Este del país viajaba al Oeste para pasar una vacaciones diferentes en los ranchos de la zona, y al volver, llevaban consigo sus “overoles de cintura”. En 1937 las quejas de los clientes obligaron a Strauss a pasarle doble costura a los bolsillos traseros para que los remaches quedaran cubiertos y no rayaran los muebles ni las monturas. Desaparecieron los botones para los tiradores, aunque la mayoría de los clientes seguían comprando tiradores con broches.

La guerra

Las restricciones impuestas al uso de materias primas durante la Segunda Guerra Mundial provocó una disminución en la producción de “overoles de cintura”. Se eliminaron el remache de la entrepierna y la cincha trasera para ahorrar tela y metal. A medida que los soldados norteamericanos se desparramaban por el mundo y a veces, en sus ratos libres, usaban el “overol de cintura” que les enviaban junto con las provisiones, paseaban el estilo americano por los países devastados por la guerra. El denim comenzó a asociarse menos con el trabajo y más con el descanso.

En 1947 Wrangler sacaba los primeros jeans “ajustados al cuerpo”.

En 1948 una mujer encontró un viejo par de jeans en una mina de plata abandonada en desierto Mojave, en California. Los cosió, les puso algunos parches y los usó por un tiempo. Luego le escribió a Levi Strauss, quien los compró por US$ 25 u algunos pares nuevos. Hoy se los considera los blue jeans más antiguos del mundo, fabricados alrededor de 1890.

Rebeldes

Después de la guerra Levi Strauss comenzó a vender por primera vez sus productos fuera del Lejano Oeste. Los nuevos rivales, Wrangler y Lee, comenzaron a competir por una cuota del mercado. Los “delincuentes juveniles” y los “muchachos de las motos”, enfundados en pantalones denim, aparecían en películas y en televisión; James Dean usaba denim en la película Rebelde sin Causa. Algunos directores de escuela prohibieron el uso del denim.

En 1958 un artículo publicado en un diario aseguraba que “alrededor de 90 por ciento de los jóvenes norteamericanos usaban jeans en todas partes menos en la cama y en la iglesia”.

Los adolescentes comenzaron a usar el término “jean pants” (pantalones de jean2), y el nombre quedó. La mala reputación – y también las ventas – de los jeans creció todavía más cuando los “estudiantes” los llevaron durante las protestas de los años ’60 y en el festival musical de Woodstock en 1969.

Arte

En 1964 un par de jeans Levi pasó a formar parte de las colecciones permanentes de la Smithsonian Institution en Washington D.C.. En 1969 American Fabrics declaraba: “Lo que ha pasado con el denim en la última década es realmente una cápsula de lo que ha pasado con Estados Unidos. Ascendió la escalera del gusto. El denim bordado, pintado, con lentejuelas y “psicodélico” salió a pasear por las calles de las ciudades. En los 70 los jeans representaban la igualdad de clases, lo llevaban los hippies, los hombres y las mujeres por igual. También eran usados por negros y blancos, ricos y pobres, niños y adultos.

Los fabricantes estadounidenses de jeans decían recibir cartas de pedidos desde el otro lado de la “Cortina de Hierro”. Los jeans se habían convertido en un símbolo de la cultura “occidental” y en un arma durante la Guerra Fría.

Marcas

Con la liberalización del comercio mundial a partir de la segunda mitad de la década de los años ’70 proliferaron en el hemisferio Sur las fábricas explotadoras, que generalmente usaban el trabajo femenino y que comenzaron a reemplazar a las fábricas del Norte.
Aparecieron entonces muchas marcas. Las viejas marcas se perdieron esa nueva moda, como los jeans baggy y optaron por apelar a la nostalgia. Nuevamente aumentaron las ventas, esta vez de vaqueros no tradicionales. Pero durante la recesión mundial de principios de los 90 el imperio de los jeans dejó de expandirse cuando sus súbditos manifestaron deseos de cambio.

Contraatacaron los grandes diseñadores. Actualmente firmas como Versace o Armani cuentan con jeans en sus colecciones. Así, los vaqueros se convirtieron también en ropa de marca. Actualmente parece difícil que los lleguen a perder el carácter de prenda que puede usar todo el público.

Fuentes:
Encyclopaedia Britannica; Andrew Ross (ed), No Sweat, Verso, London, 1997; Lynn Downey, A History of Denim.

A un comerciante se le ocurrió la idea de usar la tela de los toldos de las carretas en que se trasladaban para crear un pantalón lo suficientemente resistente para la tarea de picar todo el día. Así, los primeros jeans eran de tela recia y resistente, de color marrón, muy anchos y con tirantes. Tuvieron tal éxito entre los granjeros que enseguida hubo que pensar en un tejido más flexible.

“Denim” es probablemente una corrupción de la frase francesa “sarga de Nîmes”, que era, justamente una sarga fabricada en Nîmes en el siglo XVII. Otra tela europea, — un bombasí o tela gruesa de mezcla de algodón, lino y/o lana – era conocida como “jean” porque la usaban los marinos de Génova, Italia (que en inglés tiene una pronunciación parecida). Hacia el siglo XVIII, cuando aparecieron las plantaciones que funcionaban con trabajo esclavo, la tela de jean se hacía exclusivamente de algodón y se la valoraba por su durabilidad. El azul de índigo, que es extraído de plantas de América y de la India, se convirtió en el color clásico para la ropa de trabajo.

Los primeros inmigrantes hilanderos de Yorkshire, Inglaterra, fabricaban resistente bombasí de algodón — sarga de algodón — en una fábrica de Massachussets ya en 1638. En 1789 George Washington visitó una fábrica en Massachussets donde se hilaba denim y jean. Hacia 1849 un fabricante de Nueva York anunciaba tapados, chalecos y chaquetas en “blue jean”. Mecánicos y pintores usaban todos un overol hecho de blue denim; otros usaban pantalones con más forma hechos de jean.

Oro

A principios de 1848 James Wilson Marshall, un carpintero de New Jersey, encontró pepitas de oro cerca del aserradero que estaba construyendo junto a un río en California. Meses más tarde comenzaba la Fiebre del Oro. En 1853 Loeb Strauss (quien más tarde se cambió el nombre por Levi) llegó a San Francisco desde Nueva York e instaló un negocio mayorista. Los mineros exigían ropa fuerte que no se desgarrara al tercer día de trabajo. E diario Pacific Rural del 28 de junio de 1873 observaba: “no hay nada peor que ver los bolsillos de un obrero desgarrados y colgando, y ninguna otra parte del pantalón es más proclive a rasgarse que los bolsillos”.

Remaches

En 1872 Levi Strauss recibió una carta de Jacob Davis, que llevaba ya tiempo fabricando ropa remachada para los mineros de la zona de Reno. Davis no tenía dinero para patentar su proceso y le ofreció un trato a Levi Strauss a cambio de que éste se hiciera cargo de los costos de tramitar la patente. Levi Strauss comenzó a hacer “overoles de cintura” (como se conocían entonces los jeans) con remaches de cobre. En 1866, para demostrar la fortaleza de la prenda, se usó por primera vez un parche de cuero con la “”Marca de los dos caballos” que mostraba la prenda siendo tirada en direcciones opuestas por dos caballos. En 1902 se agregaron dos bolsillos traseros.

El cine

Durante los años de 1930 las películas de Hollywood del “far west”, elevó al estatus de mito a los auténticos cowboys, que por lo general usaban esos pantalones. La gente del Este del país viajaba al Oeste para pasar una vacaciones diferentes en los ranchos de la zona, y al volver, llevaban consigo sus “overoles de cintura”. En 1937 las quejas de los clientes obligaron a Strauss a pasarle doble costura a los bolsillos traseros para que los remaches quedaran cubiertos y no rayaran los muebles ni las monturas. Desaparecieron los botones para los tiradores, aunque la mayoría de los clientes seguían comprando tiradores con broches.

La guerra

Las restricciones impuestas al uso de materias primas durante la Segunda Guerra Mundial provocó una disminución en la producción de “overoles de cintura”. Se eliminaron el remache de la entrepierna y la cincha trasera para ahorrar tela y metal. A medida que los soldados norteamericanos se desparramaban por el mundo y a veces, en sus ratos libres, usaban el “overol de cintura” que les enviaban junto con las provisiones, paseaban el estilo americano por los países devastados por la guerra. El denim comenzó a asociarse menos con el trabajo y más con el descanso.

En 1947 Wrangler sacaba los primeros jeans “ajustados al cuerpo”.

En 1948 una mujer encontró un viejo par de jeans en una mina de plata abandonada en desierto Mojave, en California. Los cosió, les puso algunos parches y los usó por un tiempo. Luego le escribió a Levi Strauss, quien los compró por US$ 25 u algunos pares nuevos. Hoy se los considera los blue jeans más antiguos del mundo, fabricados alrededor de 1890.

Rebeldes

Después de la guerra Levi Strauss comenzó a vender por primera vez sus productos fuera del Lejano Oeste. Los nuevos rivales, Wrangler y Lee, comenzaron a competir por una cuota del mercado. Los “delincuentes juveniles” y los “muchachos de las motos”, enfundados en pantalones denim, aparecían en películas y en televisión; James Dean usaba denim en la película Rebelde sin Causa. Algunos directores de escuela prohibieron el uso del denim.

En 1958 un artículo publicado en un diario aseguraba que “alrededor de 90 por ciento de los jóvenes norteamericanos usaban jeans en todas partes menos en la cama y en la iglesia”.

Los adolescentes comenzaron a usar el término “jean pants” (pantalones de jean2), y el nombre quedó. La mala reputación – y también las ventas – de los jeans creció todavía más cuando los “estudiantes” los llevaron durante las protestas de los años ’60 y en el festival musical de Woodstock en 1969.

Arte

En 1964 un par de jeans Levi pasó a formar parte de las colecciones permanentes de la Smithsonian Institution en Washington D.C.. En 1969 American Fabrics declaraba: “Lo que ha pasado con el denim en la última década es realmente una cápsula de lo que ha pasado con Estados Unidos. Ascendió la escalera del gusto. El denim bordado, pintado, con lentejuelas y “psicodélico” salió a pasear por las calles de las ciudades. En los 70 los jeans representaban la igualdad de clases, lo llevaban los hippies, los hombres y las mujeres por igual. También eran usados por negros y blancos, ricos y pobres, niños y adultos.

Los fabricantes estadounidenses de jeans decían recibir cartas de pedidos desde el otro lado de la “Cortina de Hierro”. Los jeans se habían convertido en un símbolo de la cultura “occidental” y en un arma durante la Guerra Fría.

Marcas

Con la liberalización del comercio mundial a partir de la segunda mitad de la década de los años ’70 proliferaron en el hemisferio Sur las fábricas explotadoras, que generalmente usaban el trabajo femenino y que comenzaron a reemplazar a las fábricas del Norte.
Aparecieron entonces muchas marcas. Las viejas marcas se perdieron esa nueva moda, como los jeans baggy y optaron por apelar a la nostalgia. Nuevamente aumentaron las ventas, esta vez de vaqueros no tradicionales. Pero durante la recesión mundial de principios de los 90 el imperio de los jeans dejó de expandirse cuando sus súbditos manifestaron deseos de cambio.

Contraatacaron los grandes diseñadores. Actualmente firmas como Versace o Armani cuentan con jeans en sus colecciones. Así, los vaqueros se convirtieron también en ropa de marca. Actualmente parece difícil que los lleguen a perder el carácter de prenda que puede usar todo el público.

Fuentes:
Encyclopaedia Britannica; Andrew Ross (ed), No Sweat, Verso, London, 1997; Lynn Downey, A History of Denim.

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