Este “segumidor” (preocupado primordialmente por la higiene y la seguridad) va subiendo la apuesta, anticipa el informe de la consultora Trendsity..
En este caso, observamos cómo la indumentaria y los textiles también están sirviendo como espacio de protección. Lo vemos con el ejemplo paradigmático de Atom Protect y cómo se convirtió en éxito: las propiedades antibacteriales y antivirales de su tela actúan como freno al COVID-19, lo que sin duda lo convirtió en uno de los tapabocas más requeridos
La idea de que la ropa puede servir como un escudo o burbuja de protección frente a gérmenes, bacterias o virus no es una idea nueva (de hecho, el material de los ambos del personal médico es un ejemplo) pero a raíz del escenario actual es que la búsqueda de las personas de mayor protección se extiende también a la indumentaria.
Esta industria se está convirtiendo en un mercado que toma nota de algunas particularidades: por ejemplo pensar en texturas distintas a las de uniformes de protección, es decir, menos rígidas, más amigables para las personas pero sin escatimar protección.
Por ejemplo, la firma de moda Vollebak, diseñó una chaqueta confeccionada en un 65% con hilos de cobre, el material que se ha revelado como más resistente ante el COVID 19. La empresa BioRomper nació con un solo producto: un mono antimicrobiano. El grupo italiano Albini (el proveedor de camisas de vestir para marcas de diseñadores como Prada y Tom Ford ) presentó su nueva tela Viroformula que “protege contra virus y bacterias”.
El diseñador Philip Lim lanzó Live Free , una colección que presenta Fuze Biotech, una tecnología de mejora textil sostenible que no solo elimina las bacterias, sino que también acelera el enfriamiento y el secado, para evitar los lavados frecuentes, otra tendencia que se alinea con la búsqueda de mayor sostenibilidad de las nuevas generaciones y movimientos como “lavar sin lavar”.
En este sentido, marcas deportivas como Lululemon utilizan tecnología de telas Silverescent que elimina las bacterias que causan el mal olor que se producen en el sudor. La marca Pangaia trata las telas con aceite de menta , que tiene propiedades antibacterianas naturales, para mantener las prendas más frescas durante más tiempo. También está el caso de la firma argentina de medias Eliho Textil, que utiliza una fibra de plata textil llamada X-STATIC eliminar las bacterias, los hongos y el mal olor de las prendas textiles logrando que éstas sean lavadas con menor regularidad.
Aunque la vacunación comience progresivamente a bajar la acción del virus, es esperable que muchos de los hábitos adquiridos durante la pandemia permanezcan. Los nuevos comportamientos, más un mindset más higiénico y mayores dosis de innovación y tecnología abren las puertas para un nuevo mercado que se podrá diversificar aún más.