<p>Jobs, con sus creaciones, transformó el negocio de la música, del cine, de la televisión, del software, de los teléfonos celulares y de la computación. Los productos que hizo realidad con su genial visión integran el ranking de los más exitosos del mundo: Macintosh. iPod. iPhone. iTunes. iMovie. iPad.</p>
<p>De su mano Apple pasó de valer US$ 9 la acción a US$ 376 y compite con Exxon Mobil por el título de la compañía más valiosa del mundo.</p>
<p>Sólo su círculo íntimo conoce su verdadero estado de salud. Se le diagnosticó cáncer pancreático en 2004, tuvo un transplante de hígado en 2009 y desde entonces vive con problemas. Y nadie, ni siquiera él sabe a ciencia cierta si Apple podrá seguir siendo lo que es sin él al timón. <br />
Según el New York Times, hay tres razones para que sea viable y una muy grande para que no lo sea.</p>
<p>La primera razón optimista es que Jobs no se va de Apple. Seguirá como presidente del directorio mientras Tim Cook asume como CEO. Es bastante posible que desde el directorio Jobs siga apadrinando la empresa.</p>
<p>En segundo lugar, la compañía tiene en sus cañerías internas una cantidad de nuevos productos en elaboración que le aseguran por lo menos dos años generando novedades. En el corto plazo, no se verá diferencia en la producción de novedades.</p>
<p>Tercero, aunque él no esté presente en todas las reuniones de diseño, destrozando cada idea que le proponen, sus gustos, métodos y filosofías están profundamente enraizados en la sangre de todos.</p>
<p>En Silicon Valley, el éxito engendra éxito. Y en este momento, pocas compañías tienen tanta concentración de genios, en tecnología, diseño y marketing, como Apple. Líderes como el diseñador Jonathan Ive y el hasta ahora director de operaciones Tim Cook no van a dejar que la compañía descarrile.</p>
<p>De manera que en los próximos años es bastante claro que Apple seguirá siendo Apple aunque Jobs no esté tan involucrado como antes. <br />
Pero hay una razón por la cual es difícil imaginar a Apple sin Jobs en el timón: personalidad.</p>
<p>Fue su personalidad la que hizo de Apple lo que es hoy. Por eso es que ninguna otra compañía pudo nunca replicar su éxito, aun cuando le imitaron cada movida. Nunca tuvieron un líder como él, carismático, persuasivo e increíblemente visionario.</p>
<p>No se sabe aun si Tim Cook es un visionario de esa clase, si tiene su carisma. ¿Podría él haber convencido en 2001 a los sellos musicales de que vendieran su música a US$ la canción? En 2005, ¿habría tenido la personalidad para hacer que Cingular rediseñara sus sistema de <em>voice mail </em>visual? En 2009, ¿habría podido lograr que AT&T ofreciera un plan especial sin contrato para la iPad?</p>
<p>¿Tendrá el olfato de Jobs para detectar la tecnología que volverá locos a los usuarios dentro de cinco años? Todos estos interrogantes obsesionan a los observadores de la compañía.</p>
<p>Hay mucho de Steve Jobs en Apple, y una increíble cantidad de talento en sus oficinas de Cupertino. De modo que ocurra lo que ocurra, Apple no se hundirá de a poco y sin rumbo como Yahoo, Hewlett-Packard o Microsoft.</p>
<p>Pero ¿qué ocurrirá cuando las cañerías ya no estén llenas y cuando su difícil y brillante personalidad ya no sea la cara de Apple? <br />
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Ha llegado el día para un CEO como pocos
Al anunciar Steve Jobs su renuncia al cargo de CEO de Apple expresó: Siempre dije que si alguna vez llegaba el día en que ya no pudiera cumplir con mis obligaciones de director general, sería el primero en decirlo. Lamentablemente, ese día ha llegado.”