Las tarjetas funcionan de la siguiente manera: cuando un usuario envía a otro usuario un obsequio comprado en un minorista participante, al receptor le llegará por correo una Tarjeta Facebook física con el valor del regalo. Esa persona puede entonces llevar la tarjeta a un restaurante o minorista y usarla para redimir el objeto regalado o un producto a su elección.
Una vez que el usuario ha recibido la Facebook Card, puede mantenerla, compartirla con amigos o dividir su valor entre marcas diferentes. Por ejemplo, el usuario A podría enviar al usuario B US$ 50 para ser usados en Sephora. O A podría dividir eso en US $25 para Sephora y US$25 para Jamba Juice. Sin embargo, en el caso de que B recibiera el regalo de Sephora por US$ 50 no podría cambiar eso en US$ 5’ para algún otro minorista. Y tampoco podría tener el dinero.
Por ahora no hay planes de sacar una versión digital de su tarjeta de regalos, aunque la gente puede usar sus tarjetas para comprar regalos digitales, como una suscripción a Netflix o iTunes.
Además de fomentar el e-commerce en el sitio, la tarjeta tiene la posibilidad de contribuir a que la compañía se conecte mejor con publicidad y ventas, suponiendo que los usuarios adopten el producto. Por ejemplo, a gran escala Sephora podría ver cuántos de los usuarios vieron uno de sus avisos y terminó comprando algo. La marca podría, teóricamente, averiguar cuáles avisos influenciaron la compra, dónde y cuándo salieron, qué más podría haber sido comprado y qué tiendas offline visitaron.
Lo curioso es que Facebook decidió llamar a su tarjeta Facebook Card y no Facebook Gift Card (tarjeta de regalos). Eso podría ser para abreviar o podría sugerir ambiciones más grandes. Por ahora los usuarios no pueden cargarla con más dinero y el valor de la tarjeta está marcado por los minoristas, pero eso podría cambiar.